Entrevista al Chino Burga: “El silencio es una de las cosas más fuertes y sanadoras que he vivido

Renovado y aliviado. El Chino Burga, un maestro de la producción musical rockera nacional y de vasta trayectoria, se encuentra con muchos proyectos, a tal punto de revitalizar su propuesta sonora desde la ciudad imperial, Cusco.

Hace unas semanas conversamos con el capo, donde conocimos cómo estuvo sobrellevando la pandemia, sus cambios de hábitos, sus recientes lanzamientos y algunos pasajes personales en exclusiva para Rock Achorao.

Chino. Te perdimos un poco el rastro luego de tu destacable producción “Letanías”. ¿Cómo fue su realización en pleno aislamiento?

Chino: Ese disco tuvo muchos factores para su publicación. Más allá que relaciona mucho a mi padre, también fue difícil la pandemia, como a todos. Nos agarró frió a todos. Sin equipos, ni conciertos. Encerrado en casa con mis pedales y otros equipos, me dije: “Vamos a grabar”. Solo, empece a producir ya que era imposible hacer un ensayo. Toda la situación fue complicada. Noches sin dormir por algunos problemas mentales, hasta que investigué sobre las frecuencias como una opción para conciliar el sueño. Di con sonoridades minimalistas y allí surgió “Letanías”.

¿Qué tan minimalista fue el desarrollo del disco?

Chino: Utilicé dos celulares para producir el disco. Con uno grababa y el otro fue un monitor. Aunque para algunos suena complicado hacerlo con móviles, no lo fue, porque eran dos temas muy largos, cada de 20 minutos. Loopers y secuenciadores. Después, busqué una disquera de afuera para su edición y conseguí transformarlo en vinilo por parte de un sello inglés. Y así salió a mitad del 2020.

Luego conocimos el disco “Invokaciones” ¿Qué tal fue su proceso?

Fue genial. El disco se grabó en dos sesiones, la última y la primera noche del año, y es un ritual para abrazar el poder del poderoso Caos, como dice la descripción. Los cuatro temas engloban una etapa muy íntima hacia la meditación. También el disco fue ecualizado por Daniel Martinetti.

¿Cómo fue la comunicación con el sello Echodelik?

Chino: Fue todo por un mensaje de Instagram (Risas). Nada de mails ni press kit. Pero antes, había enviado a la disquera anterior y me dijeron que era muy pronto para lanzarlo y con lo de la pandemia estaba difícil la cosa. Ahí es donde doy con Echodelik que muy amablemente coordinamos para su publicación. Tan escueto fue mi mensaje que no pasa de un párrafo. Pese a eso, me respondieron y sabían quien era, y que deseaban editar el disco. Todo excelente. Tanto que pude trabajar con uno maestro que soy refanatico , Arlen Thompson de la banda canadiense Annunaki. Un honor para mi. Nos contactamos también y masterizaron “Invokaciones”. Tan buena vibra fue que si salía todo bien trabajaríamos en un split.

Allí surge “Panamerican Sonic Prayers”

Chino: Si. La idea partió de que nos encontramos del lado del Pacífico. Ellos en la costa oeste de Canadá y yo desde Lima. Plantea una conexión entre el océano y la Panamericana. Salió un tema muy místico y tranquilizador. Fue grabado también con celulares y a base de un riff con muchas modificaciones y con apoyo de Dave Alva. Una guitarra con pedales y reverberaciones de una sola toma en vivo. Un éxito.

Claro, ya que casi todo se distribuyó. Aunque aún quedan pocas copias en tu cuenta de Facebook.

Chino: Claro. Yo ya no estaba en Lima cuando salió el disco en físico. Casi todo el paquete de discos se vendió. Me quedan tres copias y estoy muy feliz por eso. Una experiencia inolvidable porque como un corto mensaje puede llevarte a realizar trabajos como este. Locazo. Esto es algo muy especial para mi.

Foto reciente del Chino Burga.

¿Qué ventajas resaltas de este tipo de producción en plena pandemia?

Chino: Había veces que una vez avanzada una parte, lo dejaba por semanas, volvía a escuchar y decía “Aquí hay algo”. Entonces seguía experimentado cosas nuevas. Era un ejercicio de meditación y relajación. Cada vez que sucedía eso se hacía más interesante. Una ayuda durante ese momento complicado. Además, trabajarlo desde móviles daba mayor agilidad a la producción. Ni que decir de la facilidad de las redes. Pude trabajar con Annunaki.

Retomando sobre grabar con celulares ¿Ya habías trabajado esto pre pandemia?

Chino: Claro. Con Culto al Qóndor. Todo surgió con un ensayo y uno de los integrantes dijo que estaba con tanto trabajo que no podía ir. A pesar de eso, quedamos con los demás ensayar en estudio. Se dio lo de grabar con móviles, y pese a que no estaba acostumbrado a eso, salió muy bueno. Era algo de grabar y escuchar con la banda. Tanto que seguíamos probando varias formas y al final escuchamos todo y dijimos “Este es un disco menos”. Ese fue “Tannhäuser Tor”. Grabar en celular ahora te da un montón de posibilidades. Probar ecualización, efectos, arreglos que antes no te imaginabas. Eso me transmite una magia muy mística y una calidez vintage. Funcionó mucho que termine adoptando ese mecanismo portátil hasta hoy.

“Aero Ouro” es su reciente producción. Un disco con una proyección diferente a sus obras anteriores.

¿Y que nos cuentas de “Aero Ouro”?

Chino: Este fue grabado en estudio. Fue armado durante la pandemia también. Muy primitivo y simple. Son melodías un poco más amables. O sea, ligero, suave y soñador. Tiene matices ligados al sueño. Al inicio era una producción que quería trabajar con mi tía, Teté Burga, una pintora bastante reconocida en el extranjero. Cuando nos conocimos fue genial, ya que teníamos casi la misma historia y vertientes. Acá en Perú poco o nada, pero en el extranjero conocen más tu trabajo. Nos conectamos bien, y en pandemia la llame para trabajar y quedamos para una colaboración. Estaba por presentar una nueva exposición y yo le iba a sonorizar. Lamentable falleció. El COVID le afectó y poco después falleció.

Una pena Chino y lamentable tu pérdida. Pero, este disco es como honrar su memoria y legado.

Chino: Si. Ella está allí. Se consideraba una surrealista. Tenía cosas bien quemadas e interesantes. Estuvo siempre a la vanguardia. Estuvo muy adelantada a su tiempo.

Tus últimos discos es un viaje con diversas emociones y también representan etapas muy cruciales para ti. ¿Estar en Cusco ha sido algo cómo empezar desde cero?

Chino: En realidad, siempre he considerado que en mi trabajo tengo una cuota de sonido andino. En mi forma de tocar. Ese misticismo siempre me ha llamado la atención. Desde muy pequeño, sentí fascinación por Los Andes. La montaña siempre me ha llamado. Salió la oportunidad de vivir en Cusco y es un cambio radical. Es otra cosa. Además de sentir esa conexión, aquí es tranquilo, silencioso y calmado. Una tranquilidad invaluable. El silencio es un concepto que aprecio mucho en la naturaleza. Luego de tener una vida desordenada y algo oscura, decidí aprender a guardar silencio. Desde el 2021 estuve con esa experiencia un monje de reclusión. O sea, el silencio es una de cosas más fuertes y sanadoras que he experimentado en mi vida.

Y es un factor que siempre ha estado perenne en tu obra, Chino.

Chino: Si. Quizás no se pueda notar por la cantidad de defectos que utilizó, pero si me ves tocar, o sea ejecutarlo y dejar que la cola suene, esperar un rato hasta hacerla larga hasta pasar al siguiente arpegio.

Para finalizar ¿Consideras que esta etapa de calma y motivaciones que parten de algo sencillo puede llevarte a experiencias tan intensas como la que mencionas?

Chino: En lo absoluto.

Maestro. Agradecemos mucho el tiempo dado y a la espera de novedades.

Chino: No. A ustedes. Ya tendrán más noticias en lo que queda del año. Saludos a todos.

Te recomendamos visitar las producciones del Chino Burga en Bandcamp. Recomendado.

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