Entre sintetizadores y guitarras corrosivas, un nuevo horizonte en la música boliviana

En los últimos 15 años la escena independiente boliviana ha experimentado un cambio profundo, si bien los géneros convencionales y más recurrentes como el blues, hard rock o metal siguen vigentes y con mucha fuerza representadas por buenas bandas como La Poncho Blues Band, Los Salmones o Bramido, ha surgido toda una camada de nuevas bandas con intenciones claras de revivir y explorar sonidos que no han sido muy recurrentes en el medio boliviano como el post-punk, dreampop, post rock o lo que tradicionalmente la crítica engloba y denomina en la actualidad con un término un poco ambiguo “indie”.

Dicho término puede lograr un paralelismo con otros en la historia de la música, por ejemplo, New Wave, donde podían encasillarse bandas desde Talking Heads hasta New Order pero sin compartir elementos musicales, o el término Krautrock que es básicamente un conglomerado de bandas en la Alemania post guerra fría.

No podríamos caer en el error de encasillar a todos como música indie, algunos seguidores han denominado a las bandas, sobre todo a las activas a partir del 2017, como nueva ola, referencia al new wave, pero, nos limitaremos a nombrarlas como nuevas bandas bolivianas, calificativo que en nuestro medio también es novedoso debido a la inexistencia de propuestas originales y la sobrepoblación de bandas “tributo”.

Lo cierto es que todas lograron generar un público fiel que asiste a sus conciertos y que consume su música, aunque algunos en mayor grado que otros.

Como todo movimiento musical, corriente o género, la presencia de nuevas bandas nacionales, que no recurren a los tradicionales riffs de guitarras o solos demostrativos, generó opiniones encontradas entre personas interesadas en las bandas y personas totalmente en contra de ese pensamiento artístico que, de manera errónea, en algunas ocasiones, se confunde con simplismo.

Pero esto nunca fue impedimento para que toda esta camada de artistas desarrolle su música.

Para entender este movimiento de manera más sencilla, dividiremos la siguiente lista en tres partes: las bandas pioneras, las vigentes y las promesas.

 


1. Las pioneras

Bandas provenientes de los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba que deben ser escuchadas por lo menos una vez en la vida. Están actualmente activas, pero fueron indispensables para formar el movimiento actual.

 

Gato Diablo (La Paz)

Gato Diablo fue una gran banda paceña que nos regaló dos discos por demás interesantes. Inmersos en la música lo-fi (o estéticamente de baja calidad) y mezclados con líneas de bajo sumamente punk y encontrados todos en la ciudad del “noise”, como es La Paz, donde claramente este elemento es parte fundamental de su sonido. Grabaron dos discos el “Pararrayos” en (2007) y “La importancia de tener un cuerpo” (2011).

 

 

Passto (Cochabamba)

Una de las primeras bandas cochabambinas que impulsó este movimiento en los últimos 10 años fue Passto, una banda cochabambina que alcanzó un gran reconocimiento por lo menos local. Grabaron dos discos de larga duración titulados “Eterno Retorno” (2014) y “Passto” (2015) que cuenta además con un dvd documental del proceso de grabación del disco. Ambas producciones muy interesantes que se nutren del post punk, post rock y el uso de elementos de música electrónica.

En mayo de 2017, luego de dos años de inactividad, el grupo publicaba uno de sus últimos cortes, “Boreal”, una canción que exhibe la madurez musical de la banda en un camino claramente electrónico donde el sintetizador se adueña de la mística de la canción. Lastimosamente la banda se disolvió con la publicación de la última canción que lograron grabar llamada “Alba”. 

 

Visiones (Santa Cruz)

Uno de los referentes en cuanto a post-punk en Bolivia. Lastimosamente existe poco material de esta banda cruceña pero lo poco que se encuentra en internet es suficiente para darse cuenta de que era una banda increíble. Visiones logra un sonido bastante trabajado y con una calidad que sorprende para el estándar nacional. Su última presentación en Cochabamba fue en el festival Nuson en 2018. 

 


2. Las vigentes

Lo interesante del repaso de las bandas anteriores es que en sus primeros años compartían escenarios y realizaban festivales de manera conjunta, pese a no tener los mismos géneros, esta práctica se ha venido replicando en nuevas bandas que mencionaremos a partir de aquí.

 

La Luz Mandarina (Santa Cruz)

Felizmente La Luz es una de las bandas fundacionales de este movimiento que aún se mantienen en actividad. Una particularidad muy interesante de esta banda es la sutil mezcla de diversos géneros “indie” con ritmos particulares; por ejemplo, en uno de sus sencillos, Carnaval, mezclan el ritmo de una chacarera con guitarras cargadas de reverb, generando una mezcla novedosa que cae muy bien para los amantes del dreampop o el ambient.

Su primer disco fue “Paliza” (2016) con canciones memorables como La Bomba y Camiri presentando un material increíble para la posteridad nacional con un sonido de calidad. Luego de un par de años sin nada nuevo lanzaron, el 2019, su EP “Los días de Furia y Oro”, un disco que sorpresivamente da un giro gratificante, mezclando sonidos referentes al western como en su canción promocional Macabro.

 

Perv Club (La Paz)

Pervclub es un dúo paceño que tiene como intención retornar a los sonidos ochenteros demostrado claramente en una de sus mejores canciones Eternal Way. Se encasillan dentro del new wave.

El concepto de la banda está basado en la contemplación y cercanía con el universo. La banda ha tratado de mantener su mística realizando muy pocas presentaciones o entrevistas.

Usando cajas de ritmo llenas de reverb, sintetizadores y secuencias lograron la grabar dos ep´s titulados “Debut” (2015) y “Encounter” (2016), ambos producidos por ellos mismos. 

 

Challenger (Cochabamba)

Un dúo cochabambino de ítalo disco y synthpop, liderado por el productor Marcelo Guerrero en compañía de Daniel Abud como vocalista. Grabaron un ep llamado “Sueños” (2018) con una producción musical notable. A pesar de haber tenido pocas presentaciones en vivo, la banda logró un reconocimiento en el circuito de música electrónica del país, pero lejos de la esencia de las fiestas rave, techno o EDM.

La música de Challenger se caracteriza por el uso de instrumentos orgánicos o “hardware”, término referente para músicos electrónicos que no utilizan a computadoras o software para generar su música. 

 

Ionse (La Paz)

Ionse es un proyecto solista de un músico y productor paceño multiinstrumentista. Una propuesta fresca que mezcla diversos géneros en algunas ocasiones con ritmos o bases del tan novedoso trip-hop, pero manteniendo una línea vocal melódica muy prominente, Ionse realiza su música con una técnica no muy común aún en el circuito boliviano, el “live looping”, que consta de tocar una sección de su canción y grabarla mediante un pedal de “loop” y sobreponer diversos instrumentos y de la misma manera loopearlos.

Ionse ha grabado 5 discos en dos años: «Sublime» (2018), «Isla» (2019), «u» (2019), «Líneas» (2019), «Uno» (2019). Es el único artista de la presente lista que pertenece a una compañía discográfica ubicada en Japón llamada Hakanairo Records.

 

Amantes Secretos (Cochabamba)

Fundada por integrantes de bandas pioneras del punk en los noventa como Llajtay Kjaparin o Parche, Amantes Secretos es una banda de post punk y synthpop aunque algunas de sus primeras canciones suenan al tradicional hardcore punk que acostumbraban tocar en las épocas doradas de los noventa, lo cierto es que Amantes Secretos ha sabido evolucionar en un sonido más bailable característico del post punk,  donde el bajo es utilizado como un recurso casi experimental, guitarras llenas de distorsión y teclados creando atmósferas etéreas e incluso potenciando secuencias rítmicas como en su canción Explotación laboral.

A mediados del 2019 la banda tuvo un cambio de integrantes, pero mantiene a dos de sus fundadores Julio (Bajista) y Ale o como algunos solían llamarla “Ale Parche”. La banda está actualmente activa y están terminando de preparar su primer disco luego de haber lanzado sencillos como Soles grises y Space

 

Últimos Glaciares (Cochabamba)

Creada a mediados del 2018, Últimos Glaciares es la inquietud artística de explorar diversos géneros, desde el krautrock en canciones como Antes de llegar o Nouveau hasta el post-punk ochentero y los inicios del indie reflejados en bandas como The Chameleons, Joy Division o New Order, apropiándose de sonidos monótonos, casi minimalistas.

Uno de los elementos interesantes de la banda es el uso de secuencias, samplers y batería electrónica. La parte rítmica es muy importante dentro de la banda ya que configura el pilar para que el resto de instrumentos suene bien por más de que la simplicidad llegue al límite. Estrenaron el año pasado, con un concierto especial en la Alianza Francesa, su primer disco de larga duración homónimo “Últimos Glaciares”. 

 

Chicas Delfín (Cochabamba)

Una de las bandas más interesantes de la escena, fundada el 2017 por miembros de bandas de mediados del 2010 como Ablinamicia y Reflector Tropical, Chicas Delfín propone rock con sintetizadores e influencias post punk y post rock. En más de una oportunidad miembros de la banda han caracterizado su música como psych-punk para generalizar su mezcla de sonidos.

Es una de las bandas más reconocidas a nivel nacional en la escena actual logrando tocar en prácticamente en todo el país. Hasta el momento la banda cuenta con tres ep’s, tres sencillos Spell, Carolina y Superman, un homónimo Chicas Delfin y Jetblu. La banda tiene planeado componer y grabar un disco de larga duración.

 

Sueños Modernos (Cochabamba)

Una de las bandas más jóvenes. Fundada a inicios del 2018, Sueños Modernos nace con la idea de ser una banda de shoegaze (género donde las guitarras son la prioridad y suenan cargadas de efectos como el delay, reverb y distorsión creando overdrives profundos y etéreos), pero, finalmente la banda terminó experimentando con otros sonidos como el post rock o el krautrock.

El 2019 grabaron su primer ep al que titularon “1” y que consta de 4 canciones donde los sintetizadores y las guitarras toman protagonismo. El uso de samplers, lo cual también es algo novedoso dentro de la música boliviana en general, se hace presente en la canción Renacer con audios del lanzamiento del cohete Apolo 11, en paralelo a la recitación de un poema de Cortázar titulado “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj”, todo mientras la canción llega a su parte más estruendosa. Este año la banda planea un receso de los escenarios para preparar su primer disco de larga duración. 

 

Ácido Domingo (Cochabamba)

Conformada por músicos de diversas bandas como Passto, Raroneats, Chicas Delfín, Sonic Ants y Odd Culture. Fundaron la banda en 2017 y no tardaron en lanzar lo que hasta ahora es una de sus canciones más coreadas, Nostalgias del Futuro, su sonido plantea una sofisticación con respecto a las demás bandas, guitarras que recuerdan a Mac De Marco o King Krule, referentes de lo que se conoce como indie en nuestros días, pero, sin dejar de lado la inquietud de tener el cálido sonido de un sintetizador modular. Grabaron un ep llamado “Parque Galaxia” y hace poco comunicaron a sus seguidores que dieron por finalizado una etapa de la banda, dando a entender que lo que viene de los Ácido será un giro interesante.

 


3. Las promesas: de Santa Cruz con amor

Al igual que las anteriores, existen algunas otras bandas que listaremos a modo de mención honrosa, pues su corta trayectoria no les ha permitido grabar ningún disco o sencillo, pero que recomendamos seguir sus pasos muy encarecidamente. Es el caso de dos grupos nuevos de Santa Cruz: Ginger y Las Lesbis Futbol Club, ambas participaron en festival Nuevos discos, Nuevas Olas en su segunda versión realizada en Santa Cruz, festival que agrupó a estas y más bandas. Vale mencionar al trío de space rock de Cochabamba Los Pepinos Kosmikos de Kondebamba, quienes solo tocaron en una oportunidad.

https://www.youtube.com/watch?v=-MjHg3vYlIg

El común denominador que tienen todos ellos es la expansión musical que habitan en sus playlist cotidianos, los cuales, motivan a sentir la música de manera distinta, a pulsar un instrumento de manera distinta y a explorar instrumentos y sonidos nuevos en nuestra escena.

La conectividad inmediata en la que vivimos genera, sin querer, que revivamos épocas, que descubramos movimientos, géneros o sub culturas que no llegaron al mainstream.

Claramente no podíamos estar libres de eso y, por suerte, no lo estamos. Con muchos seguidores y críticos acérrimos hacia estas bandas, algo ha estado pasando, pero probablemente recién nos daremos cuenta.

 

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