Sandro, solo te fuiste físicamente

Hace una semana, perdimos a Sandro Venturo Schultz, sociólogo, artista, gestor cultural, experto en comunicaciones y políticas, pero sobre todo un tipazo. En los años 90, en lo referente a lo musical fue pionero en la organización de festivales locales e internacionales, entre ellos “Niño malo” e “Inrockuptibles” (en los que laboré como jefe de prensa); festivales que acercaron a audiencias más amplias a las principales bandas de esa década y son antecedentes ejemplares para lo que vino después. 

Curiosamente, el primer acto artístico-político de Venturo estuvo vinculado a la música. En 1987, desde la Universidad, se manifestó artísticamente en la política, en lo que también fue un pionero, su primer acto fue en un recital de Félix Casaverde, importante guitarrista afroperuano. Sandro expresó que se influenció en agrupaciones subterráneas (en el más amplio sentido de la palabra) como Del Pueblo en su inicial accionar. 

Desde inicios de los años 90 organizó los Pichanrock (uniendo las palabras Pichanga y rock), festivales barriales (como en Pamplona Alta, SJL), por un motivo social, con pintada de murales, talleres y las actuaciones de bandas como La Banda del Gallo Claudio, Del Pueblo, Los Mojarras, Mundo Raro, y LNSQ LNSC. Desde mitad de los 90, organizó “Qué tal Raza” con artistas plásticos, videastas, actores, bailarines, músicos como Rafo Raez y Pedro Suarez Vértiz, y las bandas La Raza y La Sarita.

Foto: Facebook de Sandro Venturo Schultz

Luego fundó “Mataperro Calle y Cultura”, que empezó organizando el recordado Fest Niño Malo y sus secuelas. El festival Niño Malo marcó un antes y después en la movida alternativa de rock. Era la época de MTV latino y la consolidación de, digamos, un nuevo sonido urbano latinoamericano. Sandro confesó que lo realizó porque “la generación de la movida subterránea había asumido una vocación profesional y había dejado, entonces, la clandestinidad”. Y con ello, un acercamiento, digamos, un crecimiento a audiencias mayores, que lo han llegado a tener, sobre todo sus sucesores en festivales de este siglo como por ejemplo “Rock en el Parque”, festival nacional con 20 años de trayectoria, gestado por Julio Vásquez y Javier Chunga.

 

La Banda del Gallo Claudio. Foto: FB de Sandro Venturo Schultz.

Niño Malo fue un festival, en ese momento, inédito en nuestro medio, contó con una feria de servicios y productos independientes y una propuesta profesional doble: en lo técnico y en lo remunerativo. A mí mismo, me pagaron por mi labor de jefe de prensa del Festival, la que resultó bien y quizá, por ello, siempre se le ha recordado bien. Además, NM contó con auspiciadores grandes como la Municipalidad de Miraflores (que cedió el Estadio Bonilla, en ese entonces no se usaban estadios para conciertos) y E. Wong (prestó el escenario y el equipo de sonido). “No le teníamos miedo al mercado si respaldaba nuestra causa” dijo en su momento Sandro. 

Y como precisa en un artículo: “El festival marcó un hito porque, hasta entonces, un festival de rock peruano independiente no había convocado a tanta gente (alrededor de 10 mil personas) y nunca se había realizado a propósito de un objetivo mayor: recolectar víveres para los damnificados por el fenómeno de El Niño (verano de 1998). Al día siguiente del festival, ocho toneladas se entregaron a la Compañía Nacional de Bomberos”.

Foto: FB de Revista Alerta Rock en Perú

Y aún fue más contundente al decir: “Lo nuestro era movilizar a los jóvenes en espacios culturales para provocar la expansión de los discursos críticos. Era mi ejercicio de contestación contra las izquierdas burocráticas y las argollas de las ONG (de las que yo provenía). Era mi demostración de que el sistema se podía transformar desde la calle y la vida cotidiana, que el arte tiene que disolverse en la vida (arte/vida), que el conocimiento académico se construye en la experiencia de transformación del mundo (citando a Paulo Freire y a Gustavo Gutiérrez)”.

También fui convocado por Sandro para ser jefe de prensa en el siguiente fest que organizó: “Inrockuptibles”, a nombre de una valiosa revista francesa, una de las más importantes editadas en Europa sobre músicas. Este Fest unió, por primera vez, a bandas de Argentina, Francia y Perú, se realizó como lanzamiento de la edición argentina que circularía en nuestro país. Luego vino la organización de otros Fests como “Nación Mezcla” y “50D48”, y otros conciertos en el Sargento Pimienta con algunas de las principales bandas de la escena limeña como La Sarita, La Raza, La Pura Purita, Cementerio Club y El Ghetto.

 

La Sarita. Foto de Andina

El equipo de Mataperro también trabajó para la ONG Servicios Educativos Rurales (SER) produciendo las Ferias por la Democracia. Un proyecto (también auspiciado por USAID) orientado a promover el voto democrático a finales del fujimorato. La banda estelar de las ferias fue Manuelcha Prado y el Proyecto Kavilando. La gira llegó a ciudades como Huamanga, Huancavelica, Huánuco, entre otras. 

Lamentablemente Mataperro, nombre con el que se organizaron todos estos festivales en los ‘90 quebró financieramente, pero dejó una referencia importante en la historia local del rock independiente en una época donde parecía imposible producir, con calidad y de forma profesional, conciertos de la movida alternativa o post subte.

Equipo Mataperro. Foto: FB de Sandro Venturo Schultz

Desde fines de 90, Sandro fue alejándose de lo musical, aunque indirectamente aportando con importantes proyectos artísticos-sociales, por ejemplo, fue precursor en darle vuelo a la serigrafia chichera y de darle un nuevo espacio para las artes visuales en la naciente internet.

En el 2020, escribió sobre, precisamente, sus años de producción cultural y acción política en la que participó en colectivos, ya sea como artista, activista, productor, director o curador, precisando en que “Fueron experiencias pioneras en la época más oscura y jodida a finales del siglo XX. Fueron experiencias que pueden ser entendidas como puentes invisibles o referentes difusos que acaso contribuyeron, junto a otras propuestas de la época, a la siguiente escena cultural”. Y así fue, su aporte cultural, social, bien merece conocerse, difundirse, quizá en libros y exposiciones, para lograr la única manera de hacer inútil a la muerte, que el legado de una persona contribuya a seguir haciéndonos evolucionar más allá de su vida física. ¡Sandro estás Presente!

Extractos tomados de su texto PUENTES AMARILLOS, por SVS

02/12/2020

https://controversiarte.blogspot.com/2020/12/puentes-amarillos-por- 

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