El anuncio de ‘Rock en La Muralla 2’, el festival que congrega a la élite de la escena rockera peruana, el sábado 29 de noviembre en El Huaralino, es una poderosa afirmación nostálgica. Este recinto de Los Olivos, históricamente asociado al folklore y la cumbia, fue el reducto inesperado de la escena rockera de los años 2000. El evento resucita el espíritu de un tiempo donde el norte de Lima se convirtió en el corazón latente de la alternativa peruana. Se trata de una ofrenda a la memoria de miles de jóvenes que encontraron comunidad y refugio en esa zona. La productora Echowave honra un legado que marcó a toda una generación con esta convocatoria histórica.
A inicios del nuevo milenio, la capital crecía y carecía de recintos aptos para presentaciones de rock de gran formato. El Huaralino surgió como una solución insólita frente a esa necesidad. Su infraestructura y ubicación estratégica le permitieron abrir sus puertas al punk, el metal y el alternativo. Esto creó un hogar descentralizado para el underground, apto para recibir agrupaciones locales y grandes nombres internacionales. El fenómeno rompió barreras estilísticas, sellando una alianza cultural única. La huella de esos años de gloria es lo que convirtió al local en una leyenda urbana que el festival busca dignificar con este regreso a sus bases.
El rock peruano de esa era forjó una hermandad profunda. Los Olivos se vestía de negro cada vez que había evento, generando una comunión irrepetible. Gente llegaba desde toda Lima, unida por una pasión que superaba la distancia y la geografía. La segunda edición de ‘Rock en La Muralla’ capitaliza ese legado emocional. Al congregar a veinte de las bandas más importantes, la cita es un evento cultural de alta relevancia. Se invoca la efervescencia de aquella época de fraternidad, buscando reinstalar ese sentimiento de pertenencia en quienes lo vivieron y presentarlo a las nuevas audiencias que solo lo conocen por relatos.
El cartel es un espejo fiel de la diversidad del Huaralino. Veremos a Amén, Miki González, RIO y Pelo Madueño. A ellos se unen los solistas Daniel F, Toño Jauregui, No Recomendable y La Fulana. La potencia punk rock llega con Inyectores, 6 Voltios y Cuchillazo. La fusión está representada por La Nueva Invasión, Olaya Sound System y Barrio Calavera. Finalmente, el alternativo tiene a Difonia, Ni Voz Ni Voto, …Por Hablar y Aliados, junto a la propuesta de Los Standap. Esta selección completa reafirma la descentralización, confirmando que la zona norte de Lima retiene su importancia como polo cultural indispensable.
El 29 de noviembre, El Huaralino cambiará su estampa para ser el punto de encuentro de los amantes de la distorsión. Esta reunión masiva representa el reencuentro de una comunidad. Es la prueba de que ciertas historias merecen ser contadas de pie y con volumen alto. La música tiene la capacidad formidable de activar la memoria y unir a las personas a través del tiempo. ‘Rock en La Muralla’ es un portal al pasado, un recordatorio de la hermosa hermandad que se formó cuando Lima, de manera totalmente inesperada, descubrió que su corazón rocker latía con fuerza en Los Olivos.

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