Texto de Guillermo Tello Galván
¿Qué ocurriría si un culto satánico robase el sudario de Cristo para liberar al demonio del infierno? La cinta del director estadounidense Nathan Frankowski, llega a salas peruanas este jueves para explorar este escenario en donde el Arcángel Miguel debe poseer el cuerpo de un sacerdote para evitar el escape del ángel caído, Lucifer, del infierno.
Lejos de ser una película enfocada en el terror, Frankowski desarrolla la historia como un thriller de acción en donde el héroe debe rescatar a la protagonista de las garras de un culto satánico que la secuestrado tras presenciar el robo del Sudario de Turín. Es así que la travesía seguirá a los protagonistas por distintas partes de Italia, partiendo desde Roma, capital del mundo cristiano, para evitar la liberación de líder de los demonios. Desde esta premisa se trabaja el tema de ángeles contra demonios, un plot que ya ha sido desarrollado en otras producciones pero que no ha conseguido una propuesta que marque el camino de lo que es en potencial una interesante idea.
El largometraje desarrolla su propia mitología utilizando la cosmovisión cristiana para crear un duelo entre dos figuras como son el ángel caído, Lucifer, y el arcángel comandante del ejército de Dios, Miguel. La lucha entre estos dos seres se trasladará a la actualidad en donde un culto ha conseguido la tecnología necesaria para que el príncipe del infierno pueda tomar la posesión de un cuerpo humano de manera exitosa. Desde este punto, el filme presenta a su protagonista, una estudiante de arte cuya filosofía y convicción se contrapone a la fe católica. Este personaje pasará a ser la elegida para llevar a cabo el plan de traer al mundo humano a Lucifer. Por otro lado, se presenta al personaje de Miguel, el cual se manifiesta a través del cuerpo de un sacerdote que es asesinado por la líder del culto para así poder evitar el éxito de esta conspiración. De esta manera, dependerá de ambos personajes evitar la catástrofe que significaría la llegada de todos los demonios del infierno al mundo humano.
En términos generales, los personajes se caracterizan por ser unidimensionales, algo propio de una narrativa que se basa en la lucha del bien contra mal. Esto abarca tanto a los héroes como a los villanos, ambos grupos se manejan desde tópicos que responden a: el héroe, la chica en apuros, el líder de la secta y el científico loco, por lo que más allá de estos 4 no hay personajes con una agencia importante. En una secuencia se presenta a un sacerdote retirado que a la antigua usanza del héroe veterano vive enclaustrado con una escopeta en mano, el problema es que este personaje es utilizado brevemente sin tener una real participación en la trama. Algo similar ocurre con la villana, líder del culto, con la cual se intenta desarrollar un arco dramático que no acaba de cerrar pese a los amagues de una rivalidad entre ella y la protagonista por ser la elegida. En varios momentos se menciona que esta mujer esperaba albergar al demonio, incluso hay diálogos en donde se planta la idea de un enfrentamiento, pero que finalmente no llega a darse ni a tener una clara resolución.
Asimismo, la cinta se da el tiempo de seguir las historias de la joven secuestrada y el arcángel en el cuerpo del sacerdote, que, si bien se entrecruzan por momentos, cada una sigue su propio arco. Por un lado, se tiene una especie de thriller de acción y por el otro de terror, el problema es que se deja notar que en varias oportunidades ambas historias se tropiezan entre sí. Además, a la hora de separar los tiempos de cada secuencia se pierde bastante el ritmo que se estaba manejando, debido a esto las secuencias llegan a ser más prolongadas de lo necesario. A esto se le debe sumar un exceso de tramas pequeñas que no llegan a desarrollarse completamente o que solo sirven para resolver problemas del momento. Una prueba de este anterior punto son los diversos personajes que no acaban de cuadran y la falta de desarrollo en aquellos que merece la pena abordar.
Por el lado de la acción, se debe entender que se trata de una película independiente con grandes aspiraciones, por lo que las escenas no sorprenden y mucho menos impactan. Sobre esto, se podría resaltar la falta de escenas en donde el arcángel puede mostrar sus habilidades, si bien se explica que se debe al cuerpo humano que posee, este personaje tampoco llega a ser un elemento que destaque por su ingenio o por alguna otra habilidad. De hecho, Miguel resuelve varios problemas de la manera más simple, lo que disminuyen mucho la carga épica que la película intenta captar. No ayuda tampoco en que se repitan secuencia, es decir, hay muchas escenas de escapes frustrados que solo dan como resultado un loop del cual la trama consigue liberarse luego de haber consumido mucho tiempo. Este detalle se siente incluso como un relleno, que, si bien no es malo, tampoco se caracteriza por ser gratificante visualmente.
En resumidas cuentas, “La conspiración del diablo” se enmarca como una historia entretenida que no consigue ser algo realmente memorable. Los aspectos que más resaltan de la película son las ideas que se plantean desde una mirada distinta a los dramas religiosos y thrillers de acción. Definitivamente es un ejercicio fílmico que no mantiene una línea dramática clara, pero que deja algunos momentos de serie B que siempre se rescatan en estos días.
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