Tere Estrada: «Dime una palabra que me defina». Mejor un artículo, Tere

 

Junio nos dejó la presencia virtual de la mexicana Tere Estrada, una mujer iberoamericana con una trayectoria no sólo extensa sino interesante en la música. Ha dado conferencias sobre el rol de la mujer en ese sector y se ha presentado (con banda) en Universidades y Festivales de América, Europa y Asia; decía presencia virtual pues ella participó en el IV Festival Internacional de Blues en Lima, gestado en Perú, esta vez sólo online por motivo del confinamiento debido a la pandemia. Compartimos esa presentación antecediéndola con un artículo que, en el intento de definirla, recorre su trayectoria.

México y Perú, dos de las seis cunas de civilización más antiguas del mundo, viven tiempos muy duros por la pandemia, siendo sus sectores musicales los más perjudicados; irónicamente, muchos nos refugiamos en la música para reforzarnos y paliar el des/concierto, consumiéndola, ahora, mayormente de manera online, sin que ello provoque que el músico se vea recompensado económicamente como merecería. En nuestras casas, ya por varios meses, estamos millones de seres humanos en confinamiento, con diversos problemas, uno de los míos es lograr, cada día, que mi antigua laptop encienda y se mantenga así, no solo para conectarme con el mundo sino para que pueda hacer mi labor; en uno de esos momentos vino a mi memoria, una linda canción que habla de seguir aferrados, manteniendo el calor, se llama “Arenas movedizas” y su compositora es Tere Estrada.

En Perú, siempre hemos conocido músicas contemporáneas de México, en cuanto a su rock, de sus inicios; en nuestras disco-tiendas era posible encontrar vinilos de músicos mexicanos en los ‘60 y ‘80 y CDs desde los ‘90; conocí lo de Tere Estrada gracias a la capa Julia Palacios, en el 2008, cuando vino a Lima a un congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular (IASPM-AL), que presidía. Recuerdo que me dijo que Tere llevaba 20 años en la música, y me recomendó dos de sus trabajos, el disco “En vivo” (P y P Producciones, 2006) y el libro “Sirenas al ataque. Historias de las mujeres rockeras mexicanas (1956-2000)” (2000, Instituto Mexicano de la Juventud), esto último cuando indagué con la buena de Julia por alguna obra mexicana que tratara sobre su rock, partiendo desde los ‘50. Eran años previos, a que Estrada, que no sólo subía a estrados, sino también, había estudiado sociología, fundara la Asociación Civil Cabán (Cabán es movimiento en Maya), y echara a rodar proyectos de desarrollo humano integral como “Caravanas Sirenas al ataque”.

Al enterarme que Tere Estrada participaría en un Fest gestado en mi país, busqué si, actualmente, tenía Spotify y encontré un álbum en vivo en Rockopolis ¡y me gustó! Empecé a indagar en su trayectoria y actividad, y tomé contacto con ella, para entrevistarla, gracias a la gestión de una amiga y colega mexicana: Flor Raquel Romero Reyes, que, gentilmente, me remitió material de prensa.

Me pregunté cómo estaba pasando esta dura época, alguien tan creativa como multifacética, ya que es compositora, guitarrista y cantante, autora, coach vocal, productora (por ejemplo de sus giras internacionales) y gestora cultural de actividades cuyo objetivo es el empoderamiento femenino en un país con altos índices de violencia contra la mujer, Tere confiesa: “Estoy escribiendo mis memorias, se llamará 30/30, 30 anécdotas en 30 años de historia. He escrito pocos versos y ando pariendo una rola, recién. Hice unos podcasts sobre mi novela que se podrán escuchar, en breve, en la web de Contigo en la distancia de la Secretaría de Cultura… Durante el encierro, convivo con mi hijo, cocinamos, jugamos a almohadazos, tocamos juntos, dibujamos, hacemos videos, bailamos, nos reímos mucho, pero también hay días que no queremos levantarnos, nos da tristeza no poder salir”.

Tristeza. Recordé otro momento triste: 1985, ese año un devastador terremoto afectó México; tras esa desgracia emergió una nueva escena musical con protagonistas estelares como Maldita Vecindad y los hijos del quinto patio, casualmente con el guitarrista de esa banda: “Pato”, a los 20 años, Tere empezaba su actividad profesional en la música, ¿cómo era esa época? le pregunto, ella evoca: “La canción ‘Oye chava’ la compuse unos años después de ese suceso, pensando en que hay que temblar por dentro también para tirar nuestros muros que no nos permiten expandir nuestras alas. Me tocó la huelga del Consejo Estudiantil Universitario cuando recién entré a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, me la pasaba tocando de barricada en barricada. Ya conocía al grupo Trolebús donde tocaba Pato, antes de entrar a Maldita, y alternábamos en eventos estudiantiles, en uno conocí a Sergio García un director de cine, especialista en Super-8, que me invitó a tocar en su espacio cultural: el Foro Tlalpan. Tuve una temporada de 6 meses y ahí comencé a cobrar por tocar”. García registró esos momentos, se puede encontrar ello en Youtube.

En los inicios de su trayectoria profesional era complicado para una mujer, abrirse camino como solista o generar una banda, nos da a conocer: “Quedé en tercer lugar en un concurso de composición en la preparatoria. Fue muy emocionante y eso me motivó a seguir componiendo, luego conocí a Trolebús y les abría los conciertos. Ponía anuncios en las tiendas de música porque quería hacer una banda, así conocí a los de Aeroplano, donde fui vocalista pero sólo duramos unos meses. Después me incorporé a Follaje en 1989 y me di cuenta que no quería ser corista, entonces formé Esquina Bajan que giró en torno a mi trabajo como compositora, cantante y guitarrista. Siempre es difícil que te vean como líder de proyecto y que sabes hacer las cosas pero aprendí a ganarme la confianza de músicos”.   

Culminó sus estudios universitarios y presentó una tesis titulada: “Lenguaje e identidad en el rock mexicano, 1985-1990”; le pregunto: ¿qué identidad tenía vuestro rock en esa etapa?, analiza: “Todos los países latinoamericanos tenemos rock local que habla sobre lo que nos sucede en nuestras comunidades con nuestro lenguaje coloquial y a veces mezclando ritmos oriundos de nuestras regiones. Gobiernos abusivos y represores, desempleo, migración, amores juveniles…”.

Mujeres en Fuga, banda de mujeres en la que participó Tere

En 1989 grabó su primer álbum, me suena a “rock urbano”, con aires a la movida urbana “rupestre”, ella confirma esa apreciación al citar a varios de sus integrantes en su declaración: “Lo grabé a fines de ‘89 y apareció en 1990. Sacaba casetes de 100 en 100 para venderlos de mano en mano en el Tianguis del chopo y en mis conciertos. Lo presenté en el Teatro Isabela Corona, hice algunos programas de radio. Yo escuchaba en ese tiempo Radio Educación, ahí descubrí a Emilia Almazán, Gerardo Enciso, Jaime López, Nina Galindo, Rockdrigo González, Botellita de Jeréz, Memo Briseño y El Tri”.

Después de un segundo disco digamos más mainstream: “Túneles desiertos”, con la banda Esquina Bajan, hizo un tercero donde hay más exploración, pasan dos años y llega el blues, el jazz… ella se va consolidando como música: “Esquina Bajan era un cuarteto de rock. La fuerza estaba en las guitarras y en los textos. Después hice mi tercer disco: ‘Viaje al centro de tu ser’, en 1994, y colaboré con Héctor Islas, quien hizo los arreglos. Él era un músico de jazz. De esa experiencia decidí que yo quería aprender a hacer mis propios arreglos. Fue cuando entré a estudiar a la Sociedad de Autores y Compositores, antes había tomado clases en el Sindicato de Músicos”.

En esos años, primeros de los ‘90, emprende su primer viaje a Europa; su cuarto álbum: “Encuentros cercanos conmigo” y el siguiente: “Lotería de pasiones”, ampliarían su universo sonoro, me cuenta: “En 1993 en Paris, en una tienda de discos compré un casete de Marva Wright, una talentosa cantante de EE.UU. con un sonido blusero increíble. Por esa época también escuchaba más a Aretha Franklin. Las letras de Encuentros cercanos conmigo hablan de viajar hacia afuera y hacia adentro. ‘Al andar me encuentro/me miro en un espejo/al andar me fatigo/ pero descubro el camino’. En ese disco se consolidó mi sonido que es característico a la fecha. Pasé a tener una sección de sax y violín. No sólo era guitarra, bajo, batería como una banda de rock, también estaba el piano, el sax y el violín que le daban otros aires. Ahí comencé a trabajar con músicos que también tocaban jazz”.

En 1998, participó en Mujeres en Fuga, banda de mujeres, “Fue un homenaje a Laura Abitia, que estuvo en la banda. Mujeres en fuga nació como un concierto de cantautoras en el Foro Alicia y luego fue banda. Duramos 7 años juntas y sacamos un disco. Hacíamos improvisaciones vocales al principio de cada ensayo y cada concierto”, refiere.

En el 2000, dio a conocer la primera edición de “Sirenas al ataque”, que prácticamente le llevó una década gestarla, ¿qué respuesta hubo en el público y en los medios? ¿Cuál fue tu balance de la presencia femenina en el rock de tu país?, la ausculto: “Antes de publicar la primera edición de Sirenas daba clases de inglés a empresas. En cuanto salió la primera edición abandoné las clases porque sabía que mi misión era difundir todo ese esfuerzo de tanto tiempo y que las historias de todas mis compañeras merecían ser divulgadas. Empecé a vivir de tocar, de vender mis libros, de mis conferencias y mis discos. Sin proponérmelo, el libro se volvió de culto y a la fecha es un referente sobre la historia del rock en México. Las mujeres de ser musas se volvieron músicas, de ser chicas a go-go que bailaban en las jaulas se volvieron compositoras y productoras. Pero aún hoy, la falta de credibilidad al trabajo de las mujeres es algo que no nos hemos podido quitar”.

Ha dictado conferencias en Universidades europeas y estadounidenses con el tema del libro “Sirenas…”. Sin duda, esas están entre sus experiencias más gratificantes en otros escenarios: “Como socióloga me encanta ir a congresos donde se hable de música. Pertenecí a la IASPM (International Association for the Study of Popular Music / Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular) y preparaba mis ponencias. Era muy divertido. Y a la fecha donde me inviten a debatir sobre música, arte y sociedad me apunto. Sin embargo, no pertenezco a la academia, ni soy investigadora de ninguna universidad, pero amo investigar”.

Portada del Libro “Sirenas al ataque”

En el 2004, Tere Estrada y Julia Palacios, Doctora en Historia, especialista en música y ex Presidenta de la Rama Latinoamericana de la IASPM, escribieron el artículo “A contra corriente: A History of Women Rockers in Mexico” que formó parte de la antología Rockin’ Las Americas, editada por la Universidad de Pittsburgh. Ella refiere: “Gracias a ese libro se armó mi segunda gira a Europa en 2002. Julia y yo estuvimos con otros investigadores latinoamericanos, hablando sobre el rock de nuestros países, durante días, en la fundación Rockefeller en Bellagio, Italia. Después de ese encuentro, mi banda me alcanzó y estuvimos de gira por tres meses, desde Milán (Italia) hasta Oslo (Noruega). Fue una gran experiencia. Presenté mi libro en la Universidad Complutense de Madrid, en el Centro de Estudios para mujeres de la Universidad de Oslo, en el Frauen Musik Zentrum en Hamburgo. Tocamos en centros culturales, bares y festivales”. Su aporte como autora también es verificable en prensa popular, ha escrito sobre rock y cultura en los periódicos Reforma, El Nacional y El Financiero y en el suplemento Triple Jornada.

En la década pasada, sus presentaciones internacionales han sido notables, así en el 2010 realizó una exitosa gira a Nepal e India representando a México e Iberoamérica en Festivales Internacionales de Blues y Jazz, el 2014 estuvo en NY, en el 2015 viajó a Colombia para participar en el Festival de blues de Medellín y en el Blues & Folk Festival en Cali y en el 2018 fue una de las artistas estelares en el Festival de blues en el Río en Argentina, pero, sin duda, afirma que una de sus presentaciones más importantes la dio con su banda en la República Checa, hay un video que lo demuestra…

En esa última década, dos nuevos proyectos, interesantes, tomaron parte de su tiempo, “Compositoras de México” y “Un blues en la penumbra”. “Compositoras de México” consta de tres partes: un libro, un disco y un espectáculo. El álbum fue lanzado en el 2012 por Fonarte Latino, musicalmente es el más amplio que ha grabado, contiene Blues, rock, jazz, soul, boogie, funk, bossa, reggae y ska. El libro aún no ha sido editado: “No he conseguido apoyo para concretar el libro. Lo he avanzado a cuenta gotas. Abarca desde Concha Michel, compositora nacida en 1899 hasta compositoras nacidas en 1990. Hablaré de 70 compositoras que hacen desde música tradicional mexicana como corridos y boleros hasta jazz”. Espero que esa obra vea la luz… pues me parece no sólo interesante sino necesaria para adentrarnos más en las músicas de un país que es, sin duda, potencia mundial en la materia.

Tapa álbum “Compositoras de México”

Su siguiente disco: “Un Blues en la Penumbra” lo escuché sin saber que también era una novela… y lo encontré como la recopilación más compacta de canciones que ha puesto en un álbum, ahora entiendo la razón, es su banda sonora. Leo que la protagonista de la novela es Ámbar, una cantante mexicana de la década de los sesenta y setenta y le pregunto a boca de jarro: ¿es la mujer que te hubiera gustado ser de haber nacido 20 años antes? “En algunas cosas me identifico con Ámbar y en otras, no. Me siento más identificada con su amiga Gladys que es más una madre del rocanrol como yo”, expresa.

El álbum se consigue en la plataforma de CD Baby y la novela, está disponible en formato digital en Amazon.

Me llamó la atención que en el disco “En vivo” haya nuevas canciones como “El rap de la trucha”, un género que me parece antes no estaba en tu repertorio, en ese sentido le pregunto si cree que la edición del libro “Sirenas…” le llevó a conectarse con nuevas generaciones de rockeras, de chicas de otros géneros musicales contemporáneos y si está atenta a las escenas musicales actuales, sobre todo de chicas, “Recuerdo a Control Machete y a Molotov rapeando, después conocí a las raperas Ximbo y a Jezzy-Pe. El rap de la trucha nació un día que un vecino le dio una golpiza a su mujer. Vino la patrulla, se lo llevaron. Por mi hijo escucho reggaeton y el trap de Travis Scott pero la verdad no soy fan. No puedo estar al día con todas las propuestas de mujeres compositoras del mundo, es una avalancha, pero eventualmente descubro cosas que me gustan, de México: Carmen Ruiz, Alaíde y Nancy Zamher, ellas están haciendo cosas interesantes”, afirma.

En la actualidad, la participación de la mujer en la música no solo es relevante sino es cada vez más visible dado su actitud pro-positiva no sólo en el escenario sino también fuera de éste. Colectivos como Chingona Sound, El Palomar, Híbridas y Quimeras, Mujeres en Acción, Mujeres Vinileras, Musas Sonideras y WOMXN, entre otros, reúnen la diversidad de la cultura musical en México. En marzo pasado, Tere formando parte del coro El Palomar se presentó en el Palacio de los Deportes acompañando a la cantautora chilena Mon Laferte y a otras 40 mujeres musicales y registraron el tema “Canción sin miedo”, de la cantautora Vivir Quintana, que se ha vuelto un himno para la nueva ola del feminismo en México. Ese acto no solo fue para las cámaras, Tere nos da más detalles: “Formo parte de un colectivo de mujeres en la música que se llama energía nuclear. Somos 200, la mayoría vivimos en la Ciudad de México. Con Energía Nuclear se siente apoyo entre chicas. Hay mucha fraternidad. Yo lo llamo la fraternidad de las sirenas”.

Si deseas conocer más detalles de esas chicas unidas, te recomiendo escuchar los podcasts que incluyen a varias de ellas, realizado por Mon, chequeemos el episodio en el que participó Tere:

 

Le digo, casi para terminar, que efectivamente es una madre, iberoamericana, del rock, parafraseando a su último single/videoclip, no sólo ha hecho blues sino una diversidad de géneros, ¿una clasificación estilística te incomoda? ¿Qué es para ti la música Tere?, le digo. Me gusta la música sin etiquetas. Si te mueve el corazón, gracias por escuchar, si te mueve las caderas, gracias por escuchar. Abogo por una música que nos haga vibrar sin etiquetas. Sin embargo me identifico con el desgarramiento del blues, la fuerza del rock, la cachondez de los ritmos latinos y la libertad del jazz. Me apasiona la música y la escritura, me conectan con el universo. Tocar y escribir me llenan de gozo».

 

Finalmente, aquí su presentación online en el Fest blusero de nuestra ciudad. De las músicas de nuestro país, solo conoce a la banda Ciudad Blues… y es rotunda al decirlo: Susana Baca y Chabuca Granda son mujeres músicas de respeto. Tere usa el cajón en su propuesta, no debe sorprende nos dice porque “Aquí es común que haya cajones como parte de un set de percusiones. En vez de llevarse congas o bongoes, se llevan cajones para acompañar”. Espero que alguna vez, ¡de cajón!, se presente en nuestra ciudad en tiempo real, mientras nos dejó esto:

https://www.facebook.com/436834123045970/videos/278125436588392/

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