Cosquín Rock 2023: El pogo más grande la de música hispana [CRÓNICA]

Texto: Franco Gorozito
Fotos: Julieta García, Matías Emanuel y Franco Gorozito

Nacido en las sierras cordobesas durante una de las tantas épocas caóticas del país, Cosquín Rock supo establecerse como un rescate sociocultural subyacente a la época, un refugio para las juventudes distantes y dispersas por fuera del aglomerado urbano de Buenos Aires, capital del país. Así es que el rock supo forjar un encuentro que no sólo prevaleció con el tiempo sino también alimentó una cultura sesgada por la incertidumbre hasta convertirse en una celebración por excelencia de música y artes que se cultivan a lo ancho y largo de la Argentina.

Cada año miles de personas se convocan en la provincia de Córdoba para asistir a este festival, una suerte de peregrinación hacia una comunión que se transmite hoy, de generación a generación, hace más de 20 años. Esta edición se celebró los días 18 y 19 de febrero, en época de carnavales, como suele ocurrir en cada edición para favorecer la aproximación de públicos que incluso trascienden y alcanzan los países limítrofes e incluso más.

Público del Cosquin Rock / Foto: Julieta García

Son 6 los escenarios que conforman la propuesta (Norte, Sur, Montaña, Boomerang, Paraguay y casita del Blues), distribuidos en un predio que habitualmente se utiliza como aeródromo. En el escenario Norte, cuando bajaba el sol, se presentaba No te va Gustar, banda uruguaya de vasta trayectoria en el país y de gran proyección en latinoamérica. Su presentación en el festival comenzaría con «Más mejor» uno de los clásicos del disco «Este fuerte viento que sopla», fue solo un anticipo de un setlist que contaría con aquellos singles radiales que el mismo público supo potenciar como «Al Vacío» «A las Nueve» y «Tan Lejos». Fueron alrededor de 2 horas de show para unas 22 canciones que repasaron el amplio catálogo musical de la banda.

Casi en simultáneo, a la misma hora, en el extremo contrario del predio, Conociendo Rusia haría su presentación abriendo con «La Puerta» para despacharse con un show de al menos 40′ en el que no faltaron aquellas canciones que hoy son parte indiscutida de cada lista como «Tu encanto» «A la vez» y «Loco en el desierto». En el mismo escenario le seguiría el español Rels B como así también el rapero Trueno, quien tuvo uno de los shows más imponentes de la jornada con intervalos explosivos como también emotivos, como ocurrió con las canciones «Fuck el police» y «Mamichula», siendo esta última canción aquella surgida y compuesta en el transcurso de su relación con Nicki Nicole, quien se hizo presente en la misma a través del sampleo de su voz, así la gente se rindió ante la interpretación en la cual siempre se la ha visto participar en persona y, hoy, tras consumado su vínculo con el rapero, ya no sucede.

Para entonces, la banda Rayos Láser con Tomás Ferrero a la cabeza, ya había concluído su presentación en el escenario Paraguay, el mismo donde horas más tarde también estarían Las Ligas Menores, El Mató a un Policía Motorizado y Mi Amigo Invencible. Este escenario dispuesto en las cercanías del escenario Norte, se convierte en el primer escenario en ser visto ya que se encuentra apostado sobre el ingreso general del público. En sintonía con el escenario «Boomerang» apenas ubicado unos metros más adelante, se convirtió en el punto de encuentro de la escena emergente con el indie como género predominante. Entrando en la noche Gauchito Club se presentó en el Boomerang, allí también lo harían Saramalacara y Gativideo entre otros artistas destacados como Odd Mami, MuereJoven y la joven banda BAD, oriunda de Rosario y de gran potencial dentro de la escena local.

Mientras que, en el escenario Montaña, el cual reemplaza en las míticas carpas temáticas en su ubicación habitual, Usted Señalemelo tendría su gran retorno tras años de inactividad, con una propuesta visual renovada y nuevas canciones. La banda liderada por Juan Saieg AKA Juan Mango fue una de las propuestas de mayor repercusión de la jornada con una multitud que se reunión casi en el centro del predio para corear «Nuevo comienzo» y «Las flores sangran» sus 2 últimos lanzamientos como si fueran clásicos tras poco más de 3 años de inactividad.

Usted Señálemelo / Foto: Franco Gorozito

Ya para el cierre de la jornada los DJs Enrico Sangiuliano y Charlotte De Witte convertirían el escenario en pista de baile y extenderían la jornada hasta altas horas de la madrugada. Mientras que en el escenario aledaño a la salida la «Fiesta Bresh» desplegaba todo su color con su ya conocida premisa de ser «la fiesta más bonita del mundo».

Para la segunda y última jornada del festival, la tarde comenzó temprano en el escenario SUR, con el transcurso del día subirán a brindar su shows Fito Paez, Dillom y la dupla explosiva de Catriel & Paco Amoroso. Habían pasado pocos minutos desde que la cantautora local Paz Carrara dio apertura al extremo sur del predio y, ante una gran convocatoria, dejaría el escenario dispuesto para que Justo Fernandez Madero entonara las primeras letras del repertorio de Silvestre & La Naranja.

El listado de artistas para la segunda jornada fue contundente, de gran nivel, un poco más emergente que el día anterior pero no así menos ambicioso y vistoso. Nombres propios como Babasónicos, Monsieur Periné, Bandalos Chinos y Peces Raros eran parte del atractivo general y motivo por el cual la gente se dispersaba constantemente en pos de no perderse nada, hacerse un lugar cerca del vallado y, si alcanzaba el tiempo, quizás ver y descubrir otros proyectos que también estarían pisando alguno de los seis escenarios en el predio.

Tal es el caso de El Zar, aquel dúo integrado por Pablo Gímenez y Facundo Castaño que atraviesa un gran presente en el cual se encuentran a la espera de realizar su primer teatro Gran Rex en la ciudad de Buenos Aires. Alrededor de las 18:45 subieron a escena, fue un paso fugaz pero muy persuasivo y es que canciones como «La declaración» y «Perdiendo el control» se vuelven irresistibles para cualquiera. Fueron parte del itinerario de bandas del escenario Boomerang donde los nombres que completan la grilla son 1915, Emmanuel Horvilleur, Feli Colina, Lisandro Aristimuño y el español Muerdo. También fue el caso de la jóven banda «Caliope Family» quienes fueron los encargados de abrir el escenario Paraguay con el MC Brapis a la cabeza, quien demuestra una gran versatilidad para las rimas y un dominio de escenario superlativo. Su música es una constante sinergia que confluye a la par del groove, mostrando matices que van del soul al jazz, siempre con el rap y el hip hop como hilo conductor.

Comenzado el atardecer, en esa hora dorada que se vuelve naranja gradualmente, comenzaba el show de Fito Paez quien se encuentra en plena gira de los 30 años del amor después del amor, el álbum más vendido en la historia de la música Argentina. El setlist comenzó justamente con la canción homónima y recorrió el mismo casi en orden, incluyendo de por medio otros grandes éxitos del rosarino como «11 y 6», «Polaroid de locura ordinaria», «Dar es Dar» y «Mariposa Tecknicolor» entre más. En ese mismo escenario, minutos después sería Dillom quien, ya con la noche a cuestas, continuaría con el cronograma del mismo. La primera canción en acontecer fue «Post Mortem» misma que da nombre al álbum y concepto, le siguió «Pelotuda» y «Suace» para que, en poco más de 10 minutos, la gente entrara en éxtasis y frenesí por las rimas del hardcore rap que ofrece el rapero de gran crecimiento. Siendo que la edición pasada del festival se presentó en una de las carpas para apenas 1000 personas, con el detalle de que hubo gente que se acercó sin poder verlo, hoy se hizo un lugar firme en uno de los escenarios más importantes del evento, por ende la gente respondió y fue sorprendente la recepción que cosechó.

Casi a la misma hora, en el medio del predio los colombianos de Monsieur Periné harían bailar a aquellos que se acercaron, mientras que, por efecto también terminarían amenizando la cena y pausa de tantos otros, ya que se encontraban a escasos metros de los puestos de comida y bebida que se ofrecen en ese sector. En ese mismo escenario, horas antes, los antecedieron Peces Raros y Bandalos Chinos respectivamente, los primeros un dúo de rock electrónico con gran despliegue visual pese a estar de frente al crepúsculo, no restó a una propuesta íntegra y concisa, capaz de proponer un trance en los sentidos. Mientras que Bandalos Chinos, ya con el cielo naranja, darían una verdadera muestra «delicatessen» de sonidos exquisitos con «Mi Fiesta», «Sin vos no puedo» y «Una propuesta» como primeras cartas de una noche que conquistarán de principio a fin con baladas románticas como bailables.

Ya para la noche, con el frío llamando a escena a buzos y camperas, Las Pelotas darían asistencia perfecta en el festival, siendo la única banda que participó en todas sus ediciones. Fueron los encargados de dar fin a las propuestas del escenario norte, aquel que suele ser el más importante de cada edición. Su show no escatimó rock, mucho menos historia al comenzar con «Combate», parte del disco «Amor Seco (1995) para ser sucedido por «¿Qué podés dar?» y «Ya no estás», canción en la cual Germán Daffunchio se expresó al pasar como aquella del «Bochita» en referencia a Alejandro Bocha Sokol, histórico vocalista de la banda quien falleció en enero del 2009.

El Cosquín Rock estaba llegando a su fin, entre grandes dosis de rock en su expresión más esencial y propuestas frescas, contemporáneas de sonidos que van del indie a lo urbano, concluyendo también con la electrónica en manos del mundialmente reconocido DJ Tiesto además de otros escenarios como Boomerang y Paraguay donde también se disponían a ofrecer otras pistas de baile, en el primero la «Fiesta Polenta» y en el segundo «Fiesta Katana», la cual contaría con la intervención de la española Santa Salut, minutos después de la local Ms. Nina con sus estilos reguetón, dembow y trap.

De esta forma se despedía una nueva edición de uno de los festivales más importantes del continente, con un record en convocatoria y un despliegue artístico sin precedentes, con propuestas gastronómicas que han escalado hacia la élite, con espacios que van desde la peluquería hasta el salón de tatuajes, algo supera toda expectativa posible y que concluye, se sintetiza en una frase de uso coloquial en la Argentina: Nos vemos en el pogo!