Advertidos estamos: MASSACRE llega Lima este sábado 13 de abril

La visita de Massacre, la banda pionera de thrash metal de Chile, es una de las más importantes del metal en lo que va el año en Perú; es la primera vez que Massacre subirá a un escenario del país, con Yanko Ivo Tolic a la cabeza, en un concierto con Nunslaughter (USA), Illapa, Cosmosis y Ritoprofanatorio (las tres de Perú); conversé con él para conocer más de la banda y su época.

Confesión de parte, crecí en un barrio salsero, algunos de mis pocos amigos metaleros eran modelo glam metal, a mí no me interesaba, me hice un solitario punk, pero, en un momento algo cambió, algo nos acercó y fue el thrash metal, de repente aparecieron casetes caseros, con títulos de las canciones escritos a lapicero y con los nombres de las bandas a plumón color negro o rojo, nombres ciertamente incendiarios: Metallica, Anthrax, Venom y Slayer; yo no sabía que el metal podía ser tan incitante, y claro el thrash tenía de Speed Metal y éste de Hardcore, que era mi sub-género musical favorito, en ese entonces, y la base para experimentar con mi ex banda Sociedad de Mierda. Siempre consideré al Trash Metal como un hermano del HC Punk, más al saber que en sus letras se abordaban temas sociopolíticos, ¡cómo fue la pauta de mi ex banda! Temas como la desigualdad social y explotación, la corrupción política y religiosa, la vigilancia, entre otros. Al alejarme de, alguna manera, del HC Punk, me hubiera gustado hacer una banda de Trash… pero, en realidad, tocaba pesimamente la guitarra. Pero, bueno esa es mi historia y la que interesa aquí es la de si quienes hicieron una banda que ahora se incluye en la historia del thrash metal en Iberoamérica.

Santiago de Chile 1985. ¡Quien hubiera podido estar ahí! El hard rock, el punk, el pop, el metal discurrían por la urbe. La movida metal estaba encabezada por Pentagram, Dorso y Massakre. ¿Cómo estaba en ese momento, el metal en Chile? Le pregunto a Yanko, directo protagonista, y contesta: “La aparición del thrash metal fue un quiebre total para la música en ese momento. Ya que el hecho que Chile estuviera aislado del mundo por la Dictadura de Pinochet hacía que muchas bandas tocaran Hard rock o clásico, mientras en el mundo ya circulaban los sonidos del Punk y el NWOBHM. Entonces al grabar el demo ‘Pissing into the Mass Grave’ con influencias de Slayer, Possessed, Kreator o Hellhammer, se remeció todo, se empezó a organizar conciertos propios en ese año (1985), se creó una escena que fue creciendo poco a poco que, con los años, se hizo más fuerte. Debo señalar que la banda partió en 1978 con el nombre de Sepulcro y en 1979 cambia a Embrión, ambas con sonidos que tenían cosas de Judas Priest, Budgie, Sir Lord Baltimore y Black Sabbath.

 

No era fácil andar de rockero en el Chile de mitad de los 80, menos de metalero. Por eso, también, me llamó la atención que la banda hiciera uso, y en eso también fue pionera, del Corpse Paint, me hubiera gustado ver los rostros de los asistentes a esas …  representaciones, en una época ciertamente represiva. “Fue un recurso que hicimos al principio, la idea era apoyar más aún la propuesta oscura y satánica influenciado por el kabuki (N. de R.: forma de teatro tradicional del Japón que surgió al principio del siglo XVII), que ya lo habían experimentado Arthur Brown, Alice Cooper y Kiss, siendo King Diamond quien trascendió más por su uso habitual en el Black Metal. Sin duda, por la época, significó un shock y mi casa fue visitada por mucha gente religiosa con el afán que nos alejáramos de lo que llamaban el “camino equivocado”; los periodistas que llegaban a nuestra sala de ensayo, que, además estaba repleta de cruces invertidas e imágenes que llamaban paganas, salían con evidentes signos de pavor, de más está decir que después que se iban esas personas casi nos caíamos al suelo riéndonos de sus temores” expresa Yanko, sonriendo. ¡Qué alucinante!

Massacre o más precisamente Yanko también, en ese tiempo, empezaron a autogestionarse conciertos como el recordado “Death Metal Holocaust”; se realizó en Santiago de Chile el día 28 de diciembre de 1985, este concierto, considerado como el primero de thrash metal de Sudamérica, contó la presencia de las bandas: Pentagram, Crypt, Rust, Nimrod, Belial y Massacre. También podría citar otro dónde estuvieron presentes las bandas peruanas: G3 (o (Gx3) y Curriculum Mortis, las cuales tocaron en la Sala Lautaro en el Concierto Sudamericano de Thrash Metal, el 30 de julio de 1988.

“G3 promocionó su demo: ‘Un nuevo enemigo’”, recuerda Yanko, y sigue rebobinando casete: “una madre de los músicos me llamó porque era periodista del diario ‘El Comercio’ y con los familiares de los demás músicos estaban preocupados por el clima convulsionado que se vivía en Chile por las protestas contra el régimen cívico-militar, lo que era muy lógico. Se alojaron en mi casa y después en un hotel. G3 conquistó al público con su estilo hardcore punk, Curriculum Mortis tocó parte de su repertorio ‘Sentencia de muerte’ (N. de R.: título de su demo de 1987) y el público, también, los amo por su propuesta Metalcore o Crossover. A ellos los conocí a través de amigos que intercambiaban cartas y música. Después de contactarnos su venida fue rápida y me gustó mucho conocer tan extraordinarias personas”.

Massacre fue una de las primeras bandas thrash metal de Chile también en producir su material. “En 1985 grabamos en vivo “Live at Klimax”, que se repartió de mano en mano entre los bangers, esto ayudó a que se sumaran más amigos cuando hacíamos conciertos. Hicimos un demo tipo Mercyful Fate y Manowar llamado “Fantasma” inspirado en el libro “Residencia en la Tierra” de Pablo Neruda pero que no me gustó su sonido y no lo difundimos. En 1986, llega ‘Pissing into the Mass Grave’. En 1987, grabamos ‘Altazor’ y en 1988 sale ‘Beyond the Psychotic Redemptiom’. Todos en un estilo que fue calificado de salvaje y brutal donde incursionamos no solo en el Thrash Metal, sino también en cosas del Death, del Black, del Doom y empezamos a salir de Chile, tocando en Brasil, Argentina y Uruguay. Ganamos un premio a la banda revelación destacando como los mejores instrumentistas también. Eso dio pie para que tuviéramos la oportunidad de llegar a grabar el vinilo homónimo en 1989 en uno de los mejores estudios de ese tiempo llamado Horizonte”. Wao… Neruda y no sólo thrash, me digo, interrumpiéndolo… “Evolucionamos, generamos un nuevo estilo que aportó cosas de América Latina, sumando elementos del rock progresivo. Agregamos teclados en un género musical extremo que precisamente odiaba ese instrumento, trabajamos más con la melodía, las letras, aparte de Neruda, se inspiraron en otro poeta llamado Vicente Huidobro. Hicimos un cover del tema ‘Todos Juntos’ de la banda Los Jaivas. Eso resulto ser un sacrilegio para los seguidores más talibanes quienes odiaron el proyecto. Sentían que habíamos profanado los cimientos del Metal. Incluso tuvimos muchos problemas en las calles o cuando tocábamos con grupos que cultivaban metal oscuro de la vieja escuela. Sin embargo, esto nos abrió las puertas para salir más en TV abierta, entrevistas en medios de comunicación masiva y estar compitiendo de igual a igual con bandas de pop en todos lados. El vinilo salió como el más votado en la Radio Concierto de la época a través del programa ‘Solamente Rock’. Con el tiempo se convirtió en material de culto y se vende a precios siderales, lo que nunca pensé que sucedería. Esa producción salió en casete, CD y hace poco en un Long Box de lujo que se agotó. Los sellos como EMI y Sony Music no quisieron arriesgarse sacándolo, así que se limitaron a distribuirlo. Lo que igual fue bueno porque llegaron a muchos lados que como independientes no lo hubiéramos podido hacer” expone Yanko.

 

Yanko Ivo Tolic, voz y guitarra de Massacre. Fotografía cortesía de la banda 

 

Pensé que en 1990 se había separado la banda, pero no fue así. “En verdad no nos separamos, simplemente les dije que siguiéramos tocando con otro nombre ya que deseaba tocar otros estilos. Así con casi las mismas formaciones hicimos un proyecto llamado Circus que tenía blues, rock clásico y grunge. Luego otro llamado Altazor que contenía lo mismo, pero más experimental. Hay temas de esa etapa que incluimos en el último álbum doble de ‘Massacre Sinfónico’, fue una etapa muy prolífica. Pero muchas veces tocamos como Massacre en festivales de ayuda a los más necesitados, en sitios como hospitales, escuelas, institutos u hogares o jardines infantiles. Donde nos veían tocar nos decían que volviéramos a nuestro sonido old school, que nos echaban mucho de menos. Al final, decidí volver porque mi mente y mi cuerpo volvió a necesitar la energía vital que solo el Metal te lo puede dar”. Le hago saber que tengo un amigo enfermero en Alemania que para desestresarse escucha metal, a todo volumen, cuando regresa a casa tras un día de labor y que incluso el metal se ha usado para terapias con enfermos. Yanko coincide: “Es que el metal tiene una frecuencia sanadora, terapéutica, que puede llegar a curarte de muchas dolencias, una transmisión de contundencia que levanta muertos. Y es así como volvimos con dos formaciones: la Thrasher y la Sinfónica. Donde en este momento se encuentra Eduardo Vidal en bajo, Gabriel Head en guitarra y Rodrigo Villena en batería. En la formación Sinfónica, Gabriel es reemplazado por Johanna Sánchez, en teclados, quien entrega esas atmosferas grandiosas que van desde lo espacial hasta lo renacentista”.

Le solicito que me de a conocer más esa faceta sinfónica: “La búsqueda de nuevos horizontes se debió a la idea de evolucionar a no sólo sonar como las bandas europeas o extranjeras, si no convertirnos en embajadores de nuestra riqueza sudamericana inspirándose en nuestras culturas como la Inca, Azteca, Maya, Mapuche, guaraní, charrua, además de dar a conocer escritores del cono sur mezclándolo con la creativa que entregaba mezclar el Metal con el Rock Progresivo de bandas como Camel, Génesis, Pink Floyd, Emerson, Lake and Palmer, Gong, Yes, King Crimson, Jethro Tull, Procol Harum, Gentle Giant, Van der Graaf Generator, Museo Rosenbach, Grobschnit’t… la lista es infinita. Con mucha instrumentación, arreglos experimentales, pasajes rítmicos intrincados y compases irregulares tomados del jazz, el blues y la música clásica. Estar en un concierto de Massacre Sinfónico es un ‘viaje’, que algún día me gustaría mostrar en Perú”.

En una segunda etapa de la banda, que ya dura casi 25 años, ¿qué es lo más importante que han logrado?, casi le interrogo. “Lograr que nuestras familias les guste lo que hacemos, viajar mucho, hacer más producciones, ser quienes más hemos tocado por todos lados disfrutando del cariño de quienes aman la música. Apreciar como la escena se ha convertido en una parada importante para las bandas grandes del estilo, y esto desde pasar de un país conservador, gris y aburrido a tener muchos bares, festivales y lugares donde tocar. Las bandas extranjeras se extrañan de ver tanta gente con poleras negras en las calles y que en las radios se toque Metal al lado de estilos comerciales y masivos. Intervenimos este territorio para mostrar una forma de vida distinta, donde te vistes y tienes un entorno como quieres sin que la publicidad y las normas del sistema te diga lo que tienes que escuchar, comer, comportarte o consumir.

 

Massacre se hizo libro

 

En el 2016, se lanza “Massacre: 30 años de Thrash Metal”, un libro autobiográfico, ¿Por qué se decidió hacerlo ese año, estando ustedes en plena trayectoria aun? Se lo pregunté a Yanko. “Su autor Maximiliano Sánchez, sociólogo de la Universidad de Chile, escuchó hablar desde pequeño de nosotros y al llegar a Santiago se interesó en hacer un libro con la historia de la banda. Al conocer nuestras narraciones de lo vivido estas décadas que, ya a estas alturas, se habían convertido en mitos y leyendas urbanas, se decidió a realizarlo. Yo pensaba que eso lo haría el escritor Fabio Salas (N. de R.: Apreciado rockerologo, precursor en Sudamérica de la literatura rock), pero fue importante que Sánchez lo escribiera, porque vio que muchos de los exintegrantes están casi inubicables por el mundo o están con mal de salud. Entonces, se estaba contra el tiempo para reunir material mediante enfoques cuantitativo y cualitativo, por la ruta de Émile Durkheim y Max Weber.

El libro logró un preciado premio en el 2017, Premios Pulsar, los Premios Pulsar de la Música Chilena, son unos premios creados en 2015 por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor de Chile para reconocer a lo mejor de la creación musical de ese país en el período de un año. “Los relatos de las experiencias recopilados y los datos duros que ahí salen hicieron que el libro se adjudicara el Premio Pulsar 2017 como Mejor Publicación Musical Literaria. Logro que hasta el día de hoy ninguna otra publicación ha podido igualar, convirtiéndose en una biblia donde se cuenta la columna vertebral del Metal en Chile. Como han sucedido más cosas, se espera algún día una segunda parte y esperamos estar vivos… si eso sucede”.

Massacre en acción. Fotografía cortesía de la banda 

 

Mientras en la segunda mitad de los 90, unos de los pioneros mundiales del thrash metal, Metallica, digamos, suaviza su sonido para hacerse más accesibles, Massacre arranca el siglo con sus álbumes “Pychotic Redemtiom” y “Crematorium”, retomando su sonido primitivo. “Ambos son álbumes grabados en estudio y significó la vuelta al sonido más despiadado de la banda, a sus raíces del estilo más violento. Fueron autoproducidos y se pudieron rescatar temas que el grupo ejecutó en vivo en sus inicios, pero que después quedaron en el olvido. La audiencia más radical estaba feliz porque sentían que ese repertorio había sido parte de su vida y volver a escucharlo en un escenario era recuperar esa memoria. Esas producciones junto a la recopilación doble llamada ‘Back From The Mass Grave’ (2006) y el EP “In Aeternum” (2011) han sido la consolidación de la banda dentro de lo que es su esencia transgresora, rebelde e indómita”. Curiosamente, en una banda encabezada por un señor que se hacia mayor y que lejos de pensar en los cuarteles de invierno, pensaba en los escenarios a fuego.  

Massacre es la primera vez que vienen a Lima, ¿qué expectativas tendrán? Quise saber y lo pregunté. “Nos demoramos 40 años en tocar en Lima, y eso que al principio de los 80, Perú era el país desde donde más cartas recibíamos. Siempre la entendimos como una escena fuerte y por naturaleza muy comprometida. Nos escribieron con textos muy encendidos que nos hacia una necesidad imperiosa de conocerla. Puede que muchos de ellos ya no estén en la tierra cuando toquemos ahí, sin embargo, cuando me suba a tocar sentiré su presencia, además de cerrar un ciclo importante de mi vida de la época de los fanzines fotocopiados, los demos regrabados, los parches y poleras pintadas a mano, el tape trading, el stage diving y el compartir los instrumentos con sus amplificadores en un gesto de hermandad casi nunca visto. ¡Queremos dar lo mejor de nosotros y al fin conocer su escena!”. Así las cosas, me imagino la presentación de Massacre en honor a los amigos caídos. 

Massacre y amigos. Fotografía cortesía de la banda 

 

En estos momentos oscurantistas, es más necesario honrar la vida hasta el último suspiro y pensar en un futuro, así solo sea un año, por eso quise saber qué proyectos tiene la banda para este 2024. “Terminar de consolidar nuestra formación para comenzar a promover el álbum ‘Eclipse Lunar’ con Massacre Sinfónico, grabar una tercera producción para completar la trilogía junto al ‘Massacre’ de 1989. Sacar mi álbum solista y dos producciones de Thrash Metal que este año entran al estudio. De regreso a Chile tocaremos con Possessed y Venom Inc en el Teatro Caupolicán, esperar realizar todos los proyectos posibles para volver a Perú a visitar a los hermanos que dejaremos en esta primera visita. ¡Muchas gracias, Perú!”.

Concierto en Lima 2024

Este sábado 13 de abril, Rhino Colmena presenta en Lima a NUNSLAUGHTER / MASSACRE. A las que se suman las bandas nacionales: Illapa, Cosmosis y Ritoprofanatorio.

+ INFO aquí

 

1
0
0
0
0
1
0
0
0
0
0
0