The Whale: Lágrimas, ansiedad y conflictos familiares [RESEÑA]

El destacado director Darren Aronofsky nos enseña un film humano de una realidad que ignoramos mucho: el sufrimiento de ser atacado por cómo eres y la influencia de dicho golpe que afecta en tus relaciones familiares.

El año pasado, la industria cinematográfica quedó expectante ante el esperado regreso de unos los actores más populares de Hollywood: Brendan Fraser, que en la mayoría de los noventas protagonizó éxitos fílmicos como “La Momia”, “George de la Selva, “Al diablo con el diablo” entre otros proyectos en que Fraser destacaba por ser el héroe o tonto de la historia. Hace mucho tiempo que andaba desaparecido (aunque tuvo una participación en la serie de DC Snow Patrol), por lo que su regreso significaba algo llamativo.

Sin embargo, su regreso sería para protagonizar un proyecto dirigido por Darren Aronofosky (“Requiem por un sueño”, “The Wrestler”, “Black Swan”), cuyo estilo ha sido caracterizado como melodramático y perturbador, mostrar lo peor de nuestras personales o adicciones que nos llevan a destinos trágicos y dolorosos. En esta ocasión, Aronofosky traería “The Whale”, una película adaptada de una obra del dramaturgo Samuel D. Hunter, con Fraser como protagonista y Saide Sink (“Stranger Things”). Las expectativas crecían por saber que lo iba ofrecer este reconocido actor que pasó por desapercibido, debido a un pasado oscuro y triste que de cierta manera su personaje retrataría ello. Pues, la verdad, es que dejó a un crítico más que sorprendido.

Tristeza, dolor y ansiedad

Fraser interpreta a Charlie, una persona que sufre de obesidad mórbida que enseña cursos de ensayos online, pero que mantiene su cámara apagada para ocultar su apariencia y dolor. Dicho dolor viene por la pérdida de un ser querido, que le trajo su interminable obsesión por comer a cantidades, llevándolo a un preocupante estado de salud. Es aquella ansiedad que causa que Charlie pueda comer piezas de pollo o una barra de chocolate, llevándolo a tener dolores físicos y por supuesto, tristeza.

En medio de su soledad, aparece su hija Ellie (Saide Sink), una adolescente rebelde, rara y un poco antipática que muestra nada más que rechazo hacia su padre por el repentino abandono hacia ella. Es ahí lo central de la historia: la ansiosa búsqueda del padre en querer conectarse con su hija, a pesar del afecto de ella, algo que le trae más sufrimiento y ansiedad. El filme describe aquellas situaciones reales de los que mucho a veces ignoramos o simplemente dejamos pasar porque sentimos que “ya se solucionará” sabiendo que no ocurrirá.

 

Un regreso por todo lo alto

Cuando se habla de “The Whale”, obviamente hablamos del regreso de Brendan Fraser pero no se pueda dejar pasar su brillante actuación. En otro año tan brillante y hermoso observar las competiciones de las actuaciones en camino hacia al Oscar, el actor se ha perfilado como uno de los favoritos a llevarse el premio a Mejor Actor. ¿Su principal competencia? Austin Butler, quien encarno al legendario Elvis Presley en su filme biográfico. Otro competidor es el carismático Colin Farrell, que trajo risas y reflexiones en “The Banshees of Inisherin”.

Sin embargo, Fraser tiene consigo una participación humana, que a la vez permite acordarnos de nuestros problemas personales y ver cómo podemos encontrar una solución ante ello. Hasta ahora su interpretación como Charlie le ha llevado ganar 23 premios, de los cuales están los destacados Screen Actors Guild Awards, Critic’s Choice Awards y SAG Awards. No olvidar las ovaciones que tuvo en la proyección previa del filme que tuvo en el Festival Internacional de Cine de Venecia.

Solo para informarles que la próxima semana se podrá disfrutar de “The Whale” a nivel nacional. Su estreno está pactado para el jueves de este mes.

Mira aquí el tráiler:

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