Los Pinglos, el regreso de los bardos eléctricos

Nuestra escena musical contemporánea tiene peculiares historias, la de Los Pinglos es una de ellas, empezando por el nombre que es un homenaje a nuestro bardo inmortal, aunque no hagan música criolla, y concluyendo por postular su retorno como el retorno del año, aunque desconocía su existencia previa. Un álbum que ha obtenido buenas críticas, empezando por la mía, es una carta de presentación para recomendarte el concierto que darán con Actitud Modulada. Conozcamos un poco a la banda que es más que el último aporte del querido músico Joni Chiappe, como muchos han tratado de reducirlo.

A finales de los años 90 un grupo de amigos empezó a componer canciones, esos amigos eran: Carlos Saavedra (Guitarra, voz y composición), Roberto Gálvez (Voz y composición) y Alfredo Berrios (Bajo y guitarras). “Teníamos estilos diversos y las combinaciones nos gustaban, pero faltaba algo que fuera nuestro eje, alguien que entienda el rompecabezas, que coloque ideas visionarias. Y entró Joni Chiappe (Teclados, voz y composición)”, comenta Roberto. Lo cierto es que esa alquimia resultó efectiva, pero vamos a diseccionarla.  

Roberto, Alfredo y Joni provenían de una recordada banda de fines de la década de los ‘80, lamentablemente efímera, Argot. Carlos no la recuerda, en esa época tenía una banda con José Ignacio López Ramírez Gastón, músico y docente musical, llamada Modus Vivendi, él le presentó a Roberto, los tres darían forma a otra banda: Los Devotos de Dalila. Roberto era amigo del colegio de Joni, él tocó con Nacho en La Secreta Identidad y así, Carlos lo conoció. Era inicios de los ’90, tuvo que pasar casi diez años, en los cuales los mencionados hicieron carreras universitarias, para que naciera un nuevo proyecto de Carlos y Roberto, al que se sumaron Alfredo y Joni, Los Pinglos.

El nombre del nuevo proyecto estaba inspirado en el patriarca criollo Felipe Pinglo Alva, “porque tenemos un poco de nostálgicos, porque nos emocionamos con lo alegre-triste de una simple composición” precisaron, no porque iban a componer música criolla del Perú.

La vena compositiva afloró en todos: “algunas de las composiciones son de todos, pero muchas han sido de dúos, algunas mías con Joni y otras mías con Roberto. Hay también de Roberto con Joni” me confiesa Carlos.

Hicieron pocas presentaciones en su momento, tocaron un par de veces en el Jazz Zone y otras fueron privadas. En el 2001, Alfredo, que es arquitecto, decidió irse a USA, porque tuvo interesantes opciones laborales. Finalmente, se quedó allá hasta ahora. “Cuatro o cinco años duraron estás sesiones tan importantes para nosotros. Luego la agenda de cada uno nos separó” acotó Roberto.

Le pregunté a Carlos qué provocó que se vuelvan a reunir… “Nosotros tocamos en dos períodos. Uno, de 1999 a 2003 y el otro de 2009 a 2013. La reunión del 2009 fue para retomar canciones que quedaron truncas, no sé porque no sacamos ningún disco, pero eso sí grabamos varias canciones, que fueron las que salieron en el 2024. Luego de que nos separáramos en 2013, hablábamos de sacar el disco, pero no de manera tan firme hasta 2022 cuando Joni se dio la tarea de terminar de producir y masterizar los temas. Nos habíamos puesto como plazo para sacar el disco marzo de 2023 y fue justo en ese mes que fallece Joni de manera intempestiva. Todo obviamente quedó trunco por unos meses, pero la propia partida de Joni nos impulsó a mí y a Roberto a culminar el proyecto y para eso nos ayudó Alfredo, quien participó en post producción del álbum y en la producción e incluso instrumentación de uno de sus temas: ‘Azafrán’. A propósito, él ya había producido y tocado en otra canción que también aparece en el disco: ‘La fiesta del fin’”.

Roberto también da su versión de los hechos: “Nos reencontramos para grabar algunas del cúmulo de canciones. Y la psicodelia y el eclecticismo volvieron para esas grabaciones”. Ciertamente, la psicodelia, además del folk, blues, pop y algo de electrónica forman parte del estupendo álbum que lanzaron este año; ¿cuál fue su proceso? Interrogo al buen Carlos y nos los da a saber: “El proceso fue retomar grabaciones de años atrás. Hay algunas del primer período del grupo y otras del segundo. Con Joni ya teníamos la idea de qué canciones iban. Eran 10. Teníamos otras, y por eso al final con Roberto y Alfredo decidimos agregar 4 canciones más que habían sido grabadas, quizás pensando en que sería el único disco”. O… ¡NO!

“Por la acogida que ha tenido el disco (logramos más de 1.3k oyentes y más de 5.3k reproducciones solo en Spotify en menos de 2 meses, lo que es bastante para un grupo desconocido y sin promoción), estamos pensando hacer un segundo. En verdad, tenemos material guardado que queremos retomar. Incluso, para mi gusto, las mejores canciones son de las que tenemos guardadas. No han sido grabadas de manera profesional por lo que tendremos que volver a grabarlas” habla un esperanzado Carlitos.

El próximo viernes 17 de mayo tienen una presentación aperturando la noche de Actitud Modulada en el “Cocodrilo Verde”. No sería la única, “Queremos hacer algunas presentaciones más. Nuestra idea es que sirva para promocionar un poco el disco” comenta Carlos. Le hago la pregunta, quizá más esperada: ¿Continuarán como banda o esporádicamente se reunirán para tocar y quizás grabar? “Luego de algunas presentaciones, nos vamos a abocar en lanzar el segundo disco con el material que tenemos. Eso sí va a implicar mucho trabajo de nuestra parte. Queremos preservar en la medida de lo posible todo lo de Joni: Recuperar sus partes cantadas o tocadas, sus arreglos. La idea es que siempre el grupo sea de los tres. Y hay tanto material grabado que podríamos sacar muchos discos más”.

Al final, como despidiendo con agradecimientos una presentación, se suma Roberto: “Gracias también a Nico Mantani Fotografía quien aportó su batería poderosa y su célebre estudio Zero, mi choche de Argot Pepe, Jose, A. Loayza quien nos prestó su ebow para ‘Me baño antes de dormir’ y finalmente a Giova Benvenutto Fluyedanza, esposa de Joni, quien aportó coros para ‘Solitud’”.

Así las cosas, recomiendo degustar el disco a cuentagotas, como un buen vino que de añejo sabe mejor.  

Fotografías: Juddy Lane

 

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