Los Niños Vudú: Un abrazo de despedida para ‘El mejor de los viajes’ [RESEÑA] 

Qué complicado es hablar sobre la juventud. Amigos, risas, lugares y aromas que nos remontan a recuerdos que, muchas veces, no queremos soltar o a los cuales nos cuesta prepararle una despedida. Y es que no solamente basta con saber que es un adiós, es el hecho de saber que vivirán en tu mente para siempre. En ‘El mejor de los viajes’, Los Niños Vudú intentan, a su manera, hacer una despedida que pueda expresar lo bien que la pasaron todo este tiempo.

A través de lo que es su primer álbum, Andoni, Inti, Cesar y Rodrigo reconocen a este como el inicio de una nueva página dentro del grupo. No solo por los nuevos sonidos que exploran mediante este material, sino por todo el camino que los llevó hasta el lugar en el que están. Ya no son los chicos que le cantan a los girasoles y a las azoteas, pero no se arrepienten de haberlo hecho en su momento. Al contrario, parece que ese tipo de experiencias los ayudaron a definir el camino que ahora desean tomar. 

Si Los Niños Vudú estaban intentando hacer una despedida, parece que encontraron en una fiesta la manera perfecta para hacerlo. ‘El mejor de los Viajes’ empieza con “Este lugar no es para mí”, tema que ya nos da una breve pauta de lo que vamos a escuchar durante varios pasajes del álbum. Autotune, sintetizadores y claras referencias a un estilo pop que se siente muy digerible. 

En “Equipaje” la banda se siente despegar a través de una base que deja muy en claro cuáles son las influencias del grupo, pero que todavía se encuentra en búsqueda de una autenticidad que la haga brillar por sí sola. Continúa con “Paro de hablar”, donde parece que se van quitando el temor de expresar lo que sienten mediante guitarras más contundentes y que finalmente termina siendo una contradicción casi voluntaria con respecto a la letra del tema. Ser jóvenes es traicionarse a sí mismos muchas veces y eso está bien.

“Todo lo que hice mal (Mi mala suerte)” aparece como una respuesta al tema anterior, pero en un aspecto mucho más general. Excusarse con la edad ya no basta y es hora de hacerse cargo de las decisiones que tomamos, aun cuando estas pueden venir acompañadas de arrepentimientos. En un pregunta y respuesta entre la voz principal y los coros, el instrumental gana protagonismo siendo un cálido acompañante. No necesitan demostrar virtuosismo, les basta con poner sobre la mesa lo necesario para que todos puedan sobresalir.

“La Fiesta” es probablemente el pico más alto al que llegan durante todo el álbum. Se siente la esencia de Los Niños Vudú en cada verso, pero también en cada nota de guitarra. Mirar hacia el pasado nunca viene mal, pero vivir añorando nos quita del radar lo bien que la podemos pasar ahora. La banda es consciente de que este tema finaliza la primera mitad del disco y no toman mayores riesgos. Un paso firme que podría considerarse predecible. 

“Bien (Interludio)” se siente tan reconfortante como acostarte sobre tu cama luego de una noche de fiesta. “Canción de Higazo” cumple su objetivo dentro del álbum y la redención llega como la única alternativa que podrá hacernos sentir tranquilos con todo lo que está por venir. La nostalgia se mantiene, pero ahora es vista desde cada vez más lejos y teniendo en la cabeza las experiencias que nos falta por vivir.

La canción homónima, “El último de los viajes” es la que le pone punto final a la fiesta. Si en los temas iniciales parecían discretos y algo inseguros, en esta canción saben que ya no hace falta estallar para sacar lo mejor de sí mismos. Encontrar respuestas a preguntas del pasado ya no es una prioridad, pero entendemos que de haberlas hallado no seríamos las personas que somos hoy en día. Una fiesta terminó, una de tantas que están por venir.