Desde Colombia, Los Batz exploran su caos interior y lo materializan en ‘Hábitos de murciélago’, su nuevo álbum

La música que conmueve de verdad tiene la capacidad de aparecer sin avisar. Justo así se siente la irrupción de Los Batz desde Bogotá, Colombia. Quienes valoran una banda que se atreve a ser honesta y ruidosa tienen que escuchar esta propuesta. Su sonido es una destilación intensa del post-hardcore más descarnado, fusionado con la sensibilidad lírica del pop punk capaz de escribir estribillos inolvidables. Esto genera una corriente poderosa que toma la frustración diaria y la transforma en energía. Su arte es un acto de valentía para cualquiera que sienta que la música debe ser un reflejo directo de las emociones, sin filtros.

El corazón de este proyecto late con la química de sus cuatro miembros: Fooxy en la voz, Jules en la guitarra, Dani en la percusión y Vica en el bajo. La mezcla de sus gustos y talentos personales evita lo monótono. Su referencia principal no es solo la garra de bandas como Turnstile, sino también la habilidad de Kings of Leon para crear atmósferas envolventes. Los Batz ofrecen una experiencia donde la instrumentación funciona como una catarsis. Sus temas exploran el desorden de la vida contemporánea, la dificultad de encontrar un lugar y la resiliencia que se necesita para levantarse después de caer. Su rock se posiciona como una voz para quienes están en medio de una batalla silenciosa.

El álbum «Hábitos de Murciélagos», lanzado en octubre de 2025, simboliza una transformación definitiva. El trabajo representa la decisión de la banda de comunicarse con su audiencia latinoamericana en castellano, reviviendo y dándole una nueva profundidad a canciones que se habían grabado en inglés. Este proceso fue un ejercicio de autenticidad que revitaliza por completo su material. Contando con el soporte de Jack Salaa Gómez, la producción se enfocó en capturar la fuerza natural de la banda. Es música donde la crudeza de la ejecución se celebra, logrando un impacto que se siente directo y expansivo, pero con la cercanía de una conversación íntima.

Las diez pistas que componen «Hábitos de Murciélagos» son una exploración del alma humana sin atajos. Abordan la desorientación, la euforia breve y el complejo camino del crecimiento personal. Los Batz buscan que su arte se convierta en una extensión de la vida de quienes los escuchan, una herramienta para liberar tensiones. Quieren fundar una hermandad basada en la identificación con su mensaje de tenacidad y verdad. Este álbum confirma que el rock alternativo de la región posee la fortaleza necesaria para ser profundo y estruendoso a la vez, listo para resonar en cualquier lugar. Su música ha comenzado a marcar una huella definitiva, invitando a una audiencia continental a unirse a su despertar.

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