Una noche para la historia: Leusemia y The Offspring juntos en Lima

¿Quién abre un concierto de The Offspring? Cualquiera respondería: “alguna banda punk, rápido, directo, sin mucha vuelta”. Pero aquí estamos en Lima, donde las reglas se escribieron con spray en las paredes de Quilca y se rompieron con acordes desafinados en algún sótano de La Colmena. En Lima, el telonero de The Offspring es Leusemia. Y nada tiene más sentido que eso.

Nacidos en un país que, en los ochenta, trataba el rock como un virus importado, Leusemia se convirtió en un organismo de rebeldía. Guitarras baratas, amplificadores a punto de explotar y una voz que lanzaba canciones como consignas pintadas en las paredes. Desde la actitud incendiaria de sus inicios hasta los largos pasajes progresivos que vinieron después, Leusemia nunca se quedó quieto, nunca jugó el mismo partido dos veces. Hay discos acústicos, hay rock visceral, hay sinfonías de treinta minutos. Lo que no hay es miedo al cambio.

Ahora, décadas después de sus primeras tocadas en plazas, parques y patios de colegios, Leusemia se sube al escenario de Costa 21 con el mismo instinto de combate. No es simplemente abrir un show, es meter una granada en el bolsillo de la nostalgia. Mientras The Offspring trae el recuerdo de la MTV y los noventa, Leusemia es la memoria del rock peruano que no pidió permiso ni perdón. Es el puente entre lo que fuimos y lo que aún podemos ser.

The Offspring llega a Lima en plena gira latinoamericana, con escalas previas en Brasil, Argentina y Chile. Cada fecha ha sido un recorrido por su historia, con ‘Smash’ (1994) y ‘Americana’ (1998) como pilares de su repertorio. Pero lo que muchos peruanos recuerdan con más cariño es aquel show en Vivo X El Rock 2018, cuando, en un gesto inesperado, la banda californiana tocó ‘Demolición’ de Los Saicos. Un tributo perfecto a la raíz salvaje del rock peruano y a un tema que Leusemia ha hecho suyo desde sus primeros días. Este 21 de marzo, el escenario vuelve a unir a dos bandas que, con sus propias armas, han sabido desafiar al tiempo.

Este viernes, cuando las luces se enciendan y los primeros acordes suenen, habrá una oportunidad irrepetible: ver a dos generaciones de rebeldes compartiendo escenario. No importa si viniste por ‘The Kids Aren’t Alright’ o si creciste con ‘Astalculo’. Lo que importa es que, por un par de horas, el tiempo dejará de importar. Y ahí, entre pogos y gritos, Leusemia seguirá siendo lo que siempre fue: algo ‘pal colesterol’.

Caigan temprano.

 

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