Fe Baca desdobla su mundo interno y da vida a ‘Gestos Remotos’, su segundo disco

Fe Baca pertenece a una generación de creadoras peruanas que han comenzado a transformar la escena desde la sensibilidad profunda y la experimentación libre. Su recorrido llamó la atención desde Todo está en tus pies, un debut celebrado por la crítica por su enfoque introspectivo y por la manera en la que utiliza la voz para iluminar zonas que suelen quedar fuera de la mirada convencional. Fe recurre a la canción para observarse, para estudiar emociones que buscan un cauce honesto dentro de un panorama latinoamericano que pocas veces se detiene en estas profundidades. Ese impulso la vincula con artistas como La Zorra Zapata, Cinthya Miranda o Dafne Castañeda, quienes están abriendo un capítulo estimulante para la música hecha por mujeres jóvenes en Perú.

Gestos Remotos, su nuevo álbum producido junto a Efrén Castillo, profundiza en esa identidad que Fe ha ido formando con paciencia. El trabajo conjunto desprende una confianza particular. Cada textura aparece trabajada con atención, cada respiración sugiere una exploración interna que se expande sin necesidad de seguir esquemas rígidos. La voz de Fe se desplaza con una cercanía que conmueve. A veces transmite la impresión de dirigirse a alguien muy querido; en otras, parece registrar pensamientos que podrían desvanecerse en cualquier momento. Las capas que rodean sus interpretaciones avanzan con suavidad y funcionan como un soporte emocional que realza su escritura.

El álbum orbita alrededor de recuerdos, afectos, heridas pequeñas que conservan su forma a pesar del tiempo. Guitarras y sintetizadores se mueven con delicadeza, dejando trazos que se sienten íntimos y que convocan una escucha atenta. Fe contempla ese mundo interno con una serenidad que impacta, una forma de acercarse a lo vivido sin la presión de encontrar respuestas inmediatas. Las canciones se abren con lentitud, sin golpes dramáticos, hasta revelar un territorio emocional que se reconoce por su transparencia. Castillo acompaña ese proceso con una producción que respira junto a ella, permitiendo que cada elemento encuentre un lugar donde pueda expandirse con naturalidad.

Al terminar el recorrido, queda la impresión de haber compartido un espacio sumamente personal con Fe. Su voz sostiene el álbum con una claridad que sorprende para alguien que continúa afianzando su trayectoria. Gestos Remotos permite verla desde ángulos nuevos, como una creadora que utiliza la música para darle forma a pensamientos frágiles que piden ser escuchados. En esa entrega serena aparece una artista que invita a seguirla con atención, pues su expresión crece con cada paso y abre puertas que todavía prometen transformaciones profundas.

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