Se trata de su primer disco en seis años: tan pesado como inquietante, combina magistralmente doom, post-punk y krautrock en un torbellino dinámico e hipnótico que lleva a la banda de culto londinense a un nuevo territorio sonoro.
“Wounds es una serie de canciones sobre las diferentes formas en que las personas viven y procesan las ‘heridas’ de sus vidas”, explica la vocalista Maya. “Una extraña celebración de ese dolor formativo que todos hemos experimentado de alguna manera. La pérdida y la alegría de sobrevivir; la celebración de encontrar a otros como nosotros, el regalo de saber que la vida llega después del fuego”.
El primer sencillo “Hangman’s Daughter” ya está disponible en streaming y descarga. Comienza con un bajo techno hipnótico que pronto se transforma en guitarras post-punk, enormes coros y la narrativa magnética de Maya.
“Hangman’s Daughter es una canción de amor no correspondido”, dice la vocalista. “Una mujer fue amada, pero no pudo amar de vuelta, así que es ahogada por el hombre que la desea. Sin embargo, ella no se pierde: lo persigue como un fantasma del que no puede escapar. El título remite al pasado, pero en realidad habla de un problema muy actual para las mujeres: cómo sobrevivir cuando no pueden amar a un hombre que ha decidido que sólo la quiere a ella”.
Wounds fue grabado por Mike Bew en Foel Studio. La banda trabajó hasta altas horas de la noche, experimentando con nuevos sonidos y llenando los valles galeses con oleadas de ruido que emergían de amplificadores prestados por My Bloody Valentine.
“El campo galés tiene una cualidad mística”, comenta el guitarrista Adam. “Grabamos en un valle oscuro y profundo, con días brumosos y estrellas fugaces en la noche. Durante los descansos podías caminar por los bosques cercanos y los círculos de piedra. Foel Studios está tejido en ese entorno, con una trascendencia propia: su historia incluye sesiones de Electric Wizard, Hawkwind y The Fall”.
Los sintetizadores del disco fueron arreglados por Bow Church, figura influyente de la escena electrónica oscura de Berlín y colaborador habitual de la banda, quien añade texturas gélidas y atmosféricas que exigen escuchas repetidas. Los metales en “12 Crosses” fueron grabados por un destacado músico de jazz que permanece en el anonimato por cuestiones de contrato discográfico.
Aunque meticulosamente elaborado, Wounds conserva la energía visceral de los intensos directos de Cold in Berlin. Cada arreglo, cada muro de sonido, captura la urgencia y crudeza de una banda que se entrega en el momento.
Este es su primer álbum desde Rituals Of Surrender (2019), elogiado por Narc Magazine por sus “riffs demoledores cargados de doom que asaltaban los altavoces con un pulso constante de ruido”. Le siguió el EP The Body is The Wound(2024), descrito por Metal Epidemic como “canciones melódicas pegajosas con una intensidad pesada en constante expansión”.
Con secciones de metales free-jazz, estructuras irregulares, ritmos techno y sintetizadores envolventes, Wounds es el lanzamiento más ambicioso de la banda hasta la fecha —y ya se perfila como un fuerte contendiente al Mercury Music Prize 2026.
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