Cuando hablamos de rock argentino, es inevitable pensar en nombres legendarios como Charly García, Spinetta, Fabiana Cantilo o Cerati. Sin embargo, esa capacidad de dejar huella, innovar con el sonido y mantenerse vigentes a través del arte en el mundo, sigue viva y se replica hoy en artistas de toda Latinoamérica, como es el caso de la santafesina Marilina Bertoldi.
Conocida como la Reina del Rock Argentino, Marilina es una artista argentina consagrada, con más de una década de trayectoria y varios éxitos a cuestas. Este 2025, presentó Para quien trabajas, una producción distinta, provocadora y poderosa, que ha recibido excelentes críticas y que se disfruta de principio a fin. Para conocer más, conversamos con Marilina, en exclusiva para Rock Achorao.
Lumeko: Gracias Marilina. Es un honor conocerte y conversar contigo para conocer más detalles de tu reciente producción. “Para quien trabajás” no es solo el título del disco, sino también una pregunta con peso social. ¿A quién está dirigida esa pregunta y qué respuesta esperas que despierte en quien escucha?
«Sí, bueno… a quien le resuene, es a quien está destinado, para empezar. Busca decir algo que suena a pregunta, pero en realidad es una afirmación contundente, casi una orden. Tomo ese tono porque, en el fondo, estoy hablando de lo que creo que es el jefe en común que todos tenemos. Esa es mi intención. Me refiero a ese mal común que compartimos y que nos genera las mismas dolencias en esta época, en todo el mundo. Es una forma de decir que el mundo está como está porque hay algo —o alguien— que nos gobierna, que nos arrastra… y que nos hace enfrentarnos entre nosotros, que nos exige, que nos empuja a concentrarnos únicamente en el dinero, en la productividad, en generar más dinero con el dinero, sin disfrutar realmente nuestro tiempo libre, estando siempre pendientes del trabajo.»
Entiendo. Todo un reto. En este álbum te encargaste de la composición, producción e interpretación. ¿Cómo fue para ti asumir tantos roles y qué descubriste en el proceso?
Sí, me encanta hacer esto. Es algo que realmente disfruto. Me gusta mucho producirme, y también disfruto la producción mientras compongo. Es como que… me gusta ir por ahí, y últimamente compongo solo así. Disfruto cada elemento que puede afectar el mensaje. La producción es parte de eso, justamente. Y ni hablar de la búsqueda de frescura, de encontrar algo distinto en el sonido. Eso te obliga a reinventarte. Creo que ando un poco persiguiendo eso, no sé si responde a la pregunta, pero va por ahí.
Ver esta publicación en Instagram
El disco tiene una sonoridad diferente, más contenida, con protagonismo de teclas y drumbeats. ¿Qué te motivó a alejarte del sonido más crudo o de guitarras de tus trabajos anteriores?
«Bueno, cuando empecé a producir este disco, mi intención fue encararlo con todo lo que tuviera a mano. Me dije: voy a usar solo los elementos que tengo a disposición. Y ahí es donde empecé a trabajar en mi homestudio. Es un cuarto donde tengo vecinos, así que no puedo hacer mucho ruido. Por eso comencé a trabajar con máquinas de ritmo, y después decidí dejarlas porque, la verdad, me había enamorado de ellas. Me hacían interpretar el resto de los instrumentos de una forma distinta. Al no tener una batería sonando fuerte, sino un beat constante, intenso pero chiquito y controlado, todo cambiaba. Me llevaba a canalizar la rabia, que normalmente pasaría por una guitarra distorsionada, por otro lado. Ese juego me interesó, sobre todo en este momento, donde siento que las temáticas ya traen incorporada esa rabia y esa violencia que el rock suele tener. Así que simplemente decidí volcar esa energía en otro lugar.»
“El Gordo” se siente como una declaración fuerte, una canción muy argentina y con una carga social clara. ¿Cómo nació ese tema y qué reacción buscás provocar con él?
«Es loco, porque si me pongo a pensar en la intención… no lo había considerado tan a fondo. Siempre digo que mi intención es resonar con alguien que se sienta igual. Pero creo que lo que hace El Gordo en su letra es advertirle a alguien: “No lo acorrales más, porque el gordo se va a levantar… y no sé qué vas a hacer con él despierto, ¿viste?” En realidad, lo que trato de hacer es todo lo contrario a callar: estoy diciendo “¡Despiértense! ¡Vamos! ¡Salí, gordo!”, porque ya es momento de responder ante todo esto.»
Es decir, intentas sacudir con la canción a la gente.
«Mi intención es avivar, sacudir un poco, como una cachetada que dice: Che, vamos, hagamos lo que hay que hacer. Eso sí, trato de pasarlo por un lugar más relajado, con comedia, con ironía, porque también hay temas que son muy delicados. Al final, es un deseo personal, pero lo expreso de una manera que no sea tan frontal ni pesada.»
Incluiste audios de tus sobrinos, ruidos analógicos, texturas y máquinas de sonido. ¿Qué lugar ocupa el juego o la experimentación en tu forma de hacer música hoy?
«Si. Siento que estoy aprendiendo algo nuevo, y para mí ahí es donde está la diversión, donde realmente me dan ganas de ir. Hace rato que me estoy enamorando de los samples, pero ahora los estoy encontrando desde otro lugar. Por ejemplo, me divirtió mucho samplear a mis sobrinos, y también otras cosas. Creo que estoy en un momento muy personal de experimentación. No sé si soy un artista experimental, pero yo, en lo personal, me siento en una etapa de mucha exploración creativa. Y tengo la sensación de que todo esto va a desembocar en un disco muy distinto en el próximo. Estoy en ese proceso, no es que ya llegué… ¿viste? Creo que nunca voy a dejar de perseguir esa sensación de estar rompiendo con lo anterior, con lo que ya venía haciendo. Hacer lo inesperado también se vuelve una especie de droga hermosa.»
El disco tiene diversas referencias con una identidad peculiar. ¿Cómo fue ese viaje sonoro en la producción? ¿Sentiste que este álbum resume tu formación musical?
«No sé, si depende de quién sea la urgencia, porque la mía siempre estuvo. Con respecto a la gente… yo espero que sí, que también la sientan. Más allá de lo que haya hecho o de mis propias expectativas, me parece que hay algo que está pasando. Venimos hablando mucho de cosas muy superficiales —que son completamente válidas, ojo—, y entiendo que muchos buscan desconectarse con la música. Pero también creo que es necesario tener espacios donde podamos descargar la bronca, la angustia, y compartir eso con otras personas. Me parece que eso también es válido. Y siento que este disco viene a cumplir un poco con ese rol. Por eso creo que sí, que está bien. Que es válido darse la chance de enojarse. Hoy hay mucha presión por contenerse, por seguir adelante como sea… pero también está bueno que alguien frene un momento y patee algo. Que lo saque. Y siga.»
Claro. Además, si alguien te escucha por primera vez, sin saber nada del recorrido que ya tienes, de todo el trabajo que llevas haciendo desde hace tanto… ¿Con qué sensación te gustaría que se quede esa persona al terminar de escuchar el disco?
«¡Qué buena pregunta! No me la habían hecho, y eso que di muchas notas… No sé si tengo expectativas concretas sobre cómo debería sentirse alguien al escuchar el disco por primera vez. No quiero condicionar eso. Siento que el disco, justamente, no busca dar respuestas. En todo caso, viene a hacer preguntas. Y quizás de eso se trata: que haya personas que, al escucharlo, empiecen a hacerse preguntas propias, que depositen en la música sus propios pensamientos. No se trata de algo ya digerido o cerrado, sino de dejar espacios donde cada quien pueda imaginar, proyectarse, expandirse a través del arte. Que alguien diga: para mí esto significa esto, o esto me permite tal cosa, a mí me dan ganas de romper algo, a mí me dan ganas de bailar. Y en ese sentido, creo que el disco está abierto a que cada uno tome lo que quiera de ahí.»
Gracias por tu tiempo Marilina. ¿Algunas palabras finales a la comunidad de Rock Achorao y al Perú?
Le pido, por favor, a toda la gente de Rock Achorao —a quienes escuchan, leen, sienten— que escuchen Para quien trabajas, mi nuevo disco, y vean la nota que acabamos de compartir. Gracias a ustedes. Chao chao.
Si se dan cuenta, Para quien trabajas no busca dar respuestas, sino abrir preguntas, sacudir, provocar. Es una invitación a sentir, a pensar, a romper con lo anterior. A dejar que cada quien se proyecte y se descubra en el sonido. Desde la rabia contenida hasta el juego con los samples, todo nace de la urgencia y la experimentación, desde la primera pieza hasta «Monstruos» (mi favorita). Porque crear también es despertar. Y con este trabajo, Marilina nos dice: despertá vos también. Conoce más de ella y otros talentosos artistas internacionales aquí, por Rock Achorao.
Yo se que esto también te gustará
-
Fer Melat revela su lado más vulnerable en su nuevo lanzamiento “Absurdas Situaciones”
-
[Brasil Atalhos estrena ‘A Força das Coisas’, un disco para reinventarse y redescubrirse
-
Reverb Chamber redefine su sonido en «Ritmia», su nuevo sencillo
-
Super Simio estrena Baila el Sol, un EP de reggae, cumbia y rock para bailar con libertad
-
LOUAN LE PRENDE FUEGO A SU NUEVA ETAPA CON “INFIERNO”